EE.UU.: los cambios climáticos afectan a la campaña agrícola
Un informe elaborado por la Bolsa de Cereales de Buenos Aires acerca del escenario agroclimático de los Estados Unidos sostuvo que el panorama "se encuentra perturbado por una serie de factores que alteran su normal evolución".
Por un lado, el informe señaló que "el Pacífico Norte observa una fase negativa de la Oscilación decadal del Pacífico (PDO) con posibles efectos negativos sobre el régimen hídrico", mientras que "el Pacífico Ecuatorial conserva vestigios del episodio de “El Niño”, que tuvo lugar en la temporada anterior, con posibles efectos negativos".
"El Atlántico Norte registra fase positiva de la Oscilación Multivariada del Atlántico (AMO), con posibles efectos positivos sobre las áreas costeras, pero con sequía en el
interior", agregó.
En ese sentido, la entidad sostuvo que "esta compleja interacción está dando como resultado un régimen climático irregular, que pasa alternativamente de un estado extremo al contrario, sin estabilizarse en un valor normal. La primavera 2013 se caracterizó por lluvias normales a superiores a lo normal, que fueron acompañadas por temperaturas marcadamente inferiores a lo normal".
"Este proceso atrasó considerablemente la siembra y el arranque los cultivos, pero, al proveer un balance hídrico positivo, repuso en gran medida los faltantes de humedad que aquejaban al oeste y el centro del área agrícola norteamericana", aclaró.
Y destacó que "el comienzo del verano trajo un cambio de escenario de signo opuesto. Las precipitaciones redujeron su intensidad, haciéndose inferiores a lo normal en todo el oeste y el centro del área agrícola norteamericana, al mismo tiempo que la temperatura se elevó por encima del promedio en todo el norte y gran parte del centro de su extensión".
En cuanto a las conclusiones, la Bolsa expresó que "la presente campaña agrícola en los EE.UU. está viéndose afectadas por una serie de cambios contrastantes, que generan riesgos considerables", entre las que citó a la "primavera fría y húmeda", el "verano con precipitaciones algo por debajo de lo normal y temperaturas elevadas" y la "posible reducción de las precipitaciones y descenso abrupto de la temperatura durante el otoño".
"Por el momento no es posible precisar si la evolución prevista podría causar efectos de la misma magnitud que los experimentados en la temporada anterior, pero se trata de una alternativa que será necesario continuar monitoreando hasta que pueda cuantificarse acertadamente su verdadero alcance", finalizó.