Malbec, cuestiones de pasión e identidad argentina
Encuentros y brindis virtuales desafiaron una vez más la distancia y el aislamiento para unir a entusiastas del vino en Argentina y en todo el mundo.
El Malbec se ha constituido con fervor en el representante mundial del vino argentino, los mismos números dan cuenta de ello cuando comprobamos que se trata por lejos del varietal más exportado del país. En 2020, 119 países recibieron al menos un envío de Malbec. Siendo Estados Unidos, Reino Unido y Brasil los principales destinos de exportación, un total de 129 millones de litros de Malbec argentino ha cruzado rutas y océanos a lo largo del insólito e inolvidable año 2020.
Origen
La uva de Malbec tiene, sin embargo, su origen en Francia. Se cultivaba en el sur del país y se usaba la cepa para elaborar vinos denominados “de Cahors”, por el nombre de la región. Luego, con la plaga de filoxera en 1863, la producción vitivinícola se vio afectada y dicha cepa pasó a ser secundaria en su lugar de origen.
Cepaje
Desde su consolidación en el siglo XIX, el crecimiento de la producción del Malbec en Argentina ha sido tal que, actualmente, es imposible hablar del Malbec argentino como uno. A lo largo y a lo ancho del territorio nacional, este cepaje se traduce en estilos y tipicidades muy diferentes entre sí según la zona en la que nace su uva. Hoy, el gran desafío de las bodegas está centrado en buscar las expresiones más puras que dicha cepa logra en las distintas zonas en las que se cultiva. Es así que, cada vez hay más vinos de finca única (single vineyards) y de parcelas (single lots), ya que los productores y enólogos se concentran en fincas con climas particulares y suelos puntuales para trabajar en una expresión definida del Malbec que refleje el potencial enológico de esa zona.
*estudiante Lic. en Letras
Fuente: Nuala Szler* | Horizonte A