Argentina varios pasos atrás en el combate de malezas
Un experto estadounidense anunció la aparición de una nueva especie de Amaranthus, conocida como rudis, que inclusive muestras caracterÃÂsticas más agresivas.
Pese a los esfuerzos que los investigadores argentinos llevan adelante para erradicar determinados tipos de malezas que impactan en la agricultura, el país se encuentra varios pasos atrás comparado con otros países.
“Argentina está unos años atrás con respecto al tema de malezas difíciles en comparación con Estados Unidos. Es esperable que hagan algo diferente a nosotros”, fue la primera reflexión del profesional Kevin Bradley, PhD, invitado por un laboratorio extranjero a brindar charlas plenarias y talleres con respecto a la realidad del problema en el país del norte.
Bradley, PhD, es profesor asociado en la División de Ciencias de las Plantas de la Universidad de Missouri, que invitado por Sumitono Chemical disertó sobre la realidad de malezas difíciles durante el XXIII Congreso de Aapresid.
En cuanto a la caracterización y cuantificación del problema, Bradley comentó que tanto Conyza canadiensis como Amaranthus palmeri son las especies de mayor difusión, abarcando en veinticuatro estados, más de la mitad del cinturón maicero y sojero.
También alertó sobre una nueva especie de Amaranthus, conocida como Amaranthus rudis, que inclusive muestras características más agresivas que el del tipo palmeri, teniendo mayor número de resistencias a diferentes modos de acción que este último.
Bradley comentó que en Estados Unidos, los factores que llevaron a la aparición de semejante cantidad de resistencias fueron:
• Alta adopción de Maíz y Soja resistente a Glifosato
• Baja diversidad de cultivos
• Precio del Glifosato muy bajo
• Alto porcentaje de campos en arrendamiento.
Como se puede ver, las condiciones que llevaron al problema son muy similares a las condiciones que se ven en la Argentina, por lo que es hora de buscar un cambio mental temprano, citó el profesional.
“Las resistencias a herbicidas por parte de las malezas son un problema biológico, un problema tecnológico pero fundamentalmente un problema de comportamiento del productor ya que debe convencerse de una nueva forma de trabajar, más compleja pero necesaria para evitar agotar las herramientas disponibles, las que estarán en el mercado como única opción por un largo tiempo”, apuntó el profesional.
En ese cambio mental, comentó sobre el trabajo que se está realizando en Missouri sobre la utilización de cultivos de cobertura. En este sentido puntualizó que estos son de suma utilidad para el control de Conyza, pero no tanto para Amaranthus, dado el momento y flujo de emergencia de la maleza para ese ambiente.
Finalmente dejó un dato sobre el que vale la pena reflexionar. La utilización de un promedio de 2,5 modos de acción en el control de Amaranthus rudis redujo la probabilidad de aparición de resistencias en 83 veces comparado con los casos donde solamente se usó glifosato para su control.