Vino argentino certifica su huella de carbono
Por primera vez, el Portillo Malbec certificó todo su proceso de elaboración desde la uva hasta el consumidor según normas internacionales.
Portillo Malbec, de Bodegas Salentein, se ha convertido en el primer vino argentino en certificar su huella de carbono, que es la medida que se utiliza actualmente para estimar el impacto sobre el medio ambiente de todo el proceso productivo que demanda la elaboración de un producto, en este caso un vino, y que abarca desde el viñedo hasta la llegada de cada botella a su consumidor. Medir la huella de carbono permite, además, implementar medidas para seguir reduciendo el impacto de la elaboración del producto sobre el medio ambiente.
"Esta certificación nos brinda un cálculo integral de todo el proceso, desde la uva al consumidor, del impacto que tiene cada insumo en particular sobre el medioambiente de tal manera que podemos corregir y o mitigar sobre cada variable con mayor precisión y sobre toda la cadena", explicó a LA NACION, Andres Arena, director de operaciones de Salentein y presidente de la comisión de medio ambiente de Bodegas Argentina, institución que nuclea a la mayoría de las bodegas del país.
Los consumidores habituales de Portillo Malbec se encontrarán ahora con una nueva imagen del producto que da cuenta de la certificación obtenida. La botella ostenta ahora un collarín descriptivo con información sobre la huella de carbono, una cápsula de color verde y una nueva contraetiqueta en la que consta la certificación emitida por el "Carbon Trust Certification" del Reino Unido, en base al código internacional "Code of Good Practice for Green house Gas Emissions and Reduction Claims".
Para la bodega, la certificación es un nuevo punto de partida en el camino de minimizar el impacto de su actividad sobre el medio ambiente: "Si bien se puede certificar solamente que uno ha medido su huella, en el caso de Portillo Malbec la certificación que obtuvimos implica que medimos nuestra huella y que nos comprometimos a reducir las emisiones a través de acciones que tienden a mitigarlas. Como ejemplo de acciones que estamos tomando podemos citar la reducción del peso de la botella de 580gr a 510gr usando una botella Eco-Friendly", comentó Arena.
Además, agregó: "En cuanto al manejo del viñedo parte de nuestra cultura organizacional ya incluía la máxima conservación y administración del agua a través del riego por goteo en 100% de los viñedos, la utilización de la flora nativa como cultivos de cobertura, y el manejo de la vegetación con técnicas vitivinícolas y agrícolas sustentables, con el objetivo de alcanzar un equilibrio natural en el ecosistema, evitar el uso de pesticidas y utilizar herbicidas sólo cuando es absolutamente necesario"-
Este tipo de certificaciones son, en principio, un buen argumento a la hora de posicionar los vinos argentinos en mercados como los Europeos, Australianos y norteamericanos, en los que existe un consumidor cada vez más consciente y comprometido con la ecología. "En algunos mercados externos existe una mayor conciencia sobre el medioambiente y este tipo de certificaciones pueden llegar a ser una diferenciación (temporal). En cuanto al mercado interno creemos que contribuye a la concientización sobre el cuidado del medioambiente y que cada día vemos más en organizaciones líderes en distintos rubros", concluyó Arena.