La soja, el motor del superávit comercial
Este año, una parte sustancial del paÃÂs volverá a prenderle una vela a la soja, ya que la dependencia de la economÃÂa respecto a este grano será mucho mayor.
En 2012, las retenciones a las exportaciones representaron para el Gobierno nacional el nueve por ciento de sus ingresos fiscales .
Durante 2013, los resultados del complejo sojero (grano, aceite de soja y otros derivados) serán aun mayores y se convertirán en el factor más importante para sostener el superávit de la balanza comercial, los ingresos fiscales y el Fondo Solidario Sojero, una herramienta clave para el Gobierno nacional en su relación con las provincias en el marco de un año electoral.
Así lo advierte en un informe que presentó el viernes pasado el equipo de economistas del Banco Ciudad de Buenos Aires, encabezado por Federico Sturzenegger.
El estudio resalta que este año la cosecha aumentará 30 por ciento (otras entidades, más cautas, proyectan 25 por ciento), por lo que llegará a 52 millones de toneladas.
En materia de producción agrícola, se espera un incremento de 14 por ciento en la producción de maíz (24 millones de toneladas) y la baja de 26 por ciento en el volumen de trigo (10,5 millones de toneladas).
Sucede que los excesos de lluvias pronosticados para este año hicieron que la actividad agropecuaria se volcara a granos gruesos, como soja y maíz.
Es precisamente la abundancia de agua el único factor que ensombrece el panorama para este año. Aun así, en la actual campaña se estima que la superficie sembrada con soja sería 3,5 por ciento mayor al ciclo anterior, con lo que llegaría a 19 millones de hectáreas.
Sumado a las proyecciones de precios para 2013, Banco Ciudad estima que este año el complejo sojero logrará exportaciones por 28.210 millones de dólares, 37 por ciento más que en 2012.
Aun así, este retraso (advierte la entidad) agrega volatilidad a los rindes y, por lo tanto, dificulta las proyecciones. Además, demorará las liquidaciones de los productores, que podrían llegar en mayo, y no en abril como se tenía previsto, lo que estirará todavía más la actual escasez de dólares y provocará hasta el segundo trimestre de este año los problemas como los vistos en la actualidad en el mercado cambiario.
La importancia que tendrá este año la soja está dada no sólo por el crecimiento en la producción y los precios, sino también porque lo alicaídos que se muestran el resto de los productos exportables argentinos.
El trigo no logra revertir su bajo desempeño (la superficie sembrada bajó 23 por ciento), afectado por las lluvias excesivas, que trajeron enfermedades y caída de rindes.
Según Banco Ciudad, este año el campo argentino lograría una cosecha total de 101 millones de toneladas, pero en un 50 por ciento gracias a la soja. De todas maneras, este incremento de 12 por ciento en comparación con 2012 permitirá a las exportaciones de productos primarios recuperarse de la caída interanual de cuatro por ciento que se registró en el período enero-noviembre del año pasado.
La exportación de alimentos industrializados, en tanto, acumuló en los primeros 11 meses de 2012 la baja de tres por ciento.
El mayor problema se registra en las exportaciones de manufacturas industriales, que acumularon en el período enero-noviembre el descenso de cuatro por ciento. La pérdida de competitividad de sus productos no permite proyectar una recuperación importante, salvo por el crecimiento previsto de la economía de Brasil para 2013, de tres a cuatro por ciento.
Al respecto, la entidad porteña recalca que el déficit comercial de manufacturas industriales (la diferencia negativa entre exportaciones e importaciones) se achicó en los primeros 11 meses del año pasado 3.500 millones de dólares (12 por ciento menos), pero por efecto de una menor importación (cayó ocho por ciento), lo que terminó afectando el funcionamiento de la industria en diferentes rubros.
Con esta perspectiva, será la soja el principal sostén del superávit comercial (la diferencia positiva entre exportaciones e importaciones), que en el lapso enero-noviembre cerró en 12.161 millones de dólares.
Esto es fundamental para sostener el déficit energético: con importaciones por 8.690 millones de dólares, la balanza cerró con un rojo de 2.645 millones de dólares. Esta cifra es inferior en poco más de 100 millones de dólares respecto a la de 2011, pero no por una mejora en la producción energética, sino por la menor actividad económica. Si se vuelve a crecer en 2013, se necesitará más energía y, por lo tanto, mayor ingreso (y menos salida) de dólares, más superávit comercial. Y para todo eso hace falta más soja.