Lo que el productor ve en el lote es una foto recortada y parcial de la problemática de malezas que lo está cercando. Un relevamiento de AACREA, bajo la atenta dirección de Emilio Satorre, pone en perspectiva la punta de un iceberg.
El último informe del SIBER reporta sobre el avance de siembra de trigo y la condición del cultivo en suelo entrerriano. Este ciclo agrícola se posiciona como el de menor superficie del cereal en los últimos quince años.
Primero fueron los márgenes económicos, después fue el arrendamiento tardío pasando por las políticas económicas trigueras fallidas. Ahora se le suma campos sin aplicación de fósforo y malas condicione climáticas.
La producción de maíz de primera se ubicó en 1.226.760 toneladas, esto representó un incremento del 52% (equivale a 433.280 toneladas) en relación al ciclo agrícola anterior.
Lentamente comienza la cuenta regresiva del cierre de la ventana de siembra. El trigo no reacciona y sigue “tendido en la lona”.
En el centro norte de Santa Fe la situación puede seguir variando, pues la rentabilidad es nula y el desánimo de los productores por realizar el cultivo es importante.
Los resultados, hasta ahora, son “muy alentadores”, dijo la doctora Raquel Chan, investigadora del CONICET y directora del Instituto de Agrobiotecnología del Litoral (IAL), en la ciudad de Santa Fe.
Luego del informe del USDA, los stocks trimestrales son el dato a seguir. Tanto en la soja como en el maíz los inventarios contabilizados estuvieron por debajo de las expectativas.
Con un trigo enero de 130 dólares (por tonelada), el cultivo tiene renta negativa. El área de trigo va a caer más de lo pensado, hay estimaciones que van de 20% a 25%, lo que significaría un millón de hectáreas menos.
La autorización de la Comisión Nacional Asesora de Biotecnología Agropecuaria (Conabia) a la “soja resistente a la sequía” de Bioceres, es un paso más hacia su liberación comercial y marca un hito para la Argentina y el mundo.
© Copyright 2010 Momentos de Campo. Todos los derechos reservados. Design By Gnosis