Plantas aceiteras: la capacidad ociosa supera el 30%
Lo ideal es que no sea mayor el 10%, para que los complejos no pierdan competitividad y aumenten los costos.
La alta capacidad ociosa en las plantas de crushing (molienda) de cereales y oleaginosas, que se concentran en las terminales portuarias del Gran Rosario, es un problema que viene arrastrando esta agroindustria estratégica, que en el 2014 representó el 37% de las exportaciones argentinas.
En lo que va del 2015, los complejos aceiteros, que sobre todo muelen soja, operaron con una capacidad ociosa que osciló alrededor del 30%, una tendencia que se viene repitiendo en los últimos años, según los registros de la Cámara de la Industria Aceitera de la República Argentina (Ciara).
En el 2014, en algunos momentos, las plantas trabajaron con la mitad de su capacidad instalada por dos factores: las restricciones al ingreso de la soja paraguaya y la fuerte tendencia a retener soja de parte de los productores, que en un contexto de incertidumbre y de cotizaciones bajas, buscaron proteger sus esquemas financieros guardando “los porotos” en el silo.
“El problema es que para tener competitividad y evitar un aumento de los costos, que en muchos casos son en dólares, los complejos aceiteros necesitan que la capacidad ociosa no supere el 11%”, explicó Andrés Alcaraz, gerente de Comunicaciones de Ciara, en diálogo con Clarín Rural.
CONSECUENCIA CONFLICTO ACEITERO
Lógicamente, en las últimas semanas también influyó el conflicto con los gremios aceiteros, que redujo el movimiento en los complejos a menos de la mitad. En medio del conflicto paritario, las empresas del sector liquidaban granos para exportar por menos de 400 millones de dólares. La semana pasada, en cambio, treparon a casi el doble: 789.308.066 de dólares, según el último informe de Ciara, que se publicó ayer.
En los últimos diez años, las empresas aceiteras invirtieron 2.000 millones de dólares para duplicar la capacidad de molienda de las plantas que se ubican a la vera de la estratégica hidrovía que conforman los ríos Paraguay – Paraná.
CAPACIDAD CRECIENTE DE MOLIENDA
Con estas inversiones, las plantas argentinas tienen capacidad instalada para procesar unas 68 millones de toneladas de granos anuales (200.000 toneladas por día), según la Bolsa de Comercio de Rosario. Hace diez años era de 100.000 toneladas por día.
Las plantas procesan casi un 70% de la cosecha de soja argentina, que trepó a un récord de 60 millones de toneladas esta última campaña, que se está terminando de levantar. En esta tendencia influye la demanda de China, que busca importar porotos sin procesar para molerlos en sus propias plantas.
Por eso, la soja que baja por la hidrovía desde Paraguay, y que en la actualidad no ingresa a las plantas por las restricciones de la AFIP a su admisión temporaria, es clave para mantener el ritmo de procesamiento durante enero y febrero, mientras se espera que se trille el grueso de la cosecha argentina.
Otro problema importante es la caída en la calidad proteica de la soja, que duplica los costos de los complejos al tener que secar dos veces los porotos para lograr el nivel que demandan los estándares internacionales.
El informe de rendimiento y calidad de la soja en la zona núcleo, que cada año elaboran los técnicos del Laboratorio de Calidad Industrial y Valor Agregado de Cereales y Oleaginosas del INTA Marcos Juárez (en Córdoba), advierte que en las últimas tres campañas se lograron los valores de proteína (37%) y aceite (22%) más bajos de las últimas 18 campañas.
En los complejos de molienda trabajan unas 28.000 personas y se estima que hay 200.000 empleos más que se vinculan con el complejo en forma indirecta.
Fuente: ClarÃn Rural