El paro se siente en Liniers, pero no en los puertos
El Sio-Granos, un nuevo sistema informático que expone casi en tiempo real todas las operaciones realizadas, mostró que ayer se cerraron no menos de 400 nuevos contratos. Al mercado de hacienda sólo ingresó el 10% de la oferta habitual.
Tras destacar el alto acatamiento de los productores al “cese de comercialización” de tres días lanzado por la Mesa de Enlace, dirigentes del bloque advirtieron que “prácticamente todas las actividades productivas del país están agonizando” y reclamaron cambios de fondo en las políticas para el sector.
Una alta adhesión de los productores a las consignas de sus dirigentes fue visible, en la primera jornada de protesta, en el sector ganadero, ya que los envíos de hacienda al Mercado de Liniers se redujeron a poco más de mil animales, una décima parte de lo que suele ingresar los días miércoles.
Pero en el mercado agrícola el Sio-Granos, un nuevo sistema informático que expone casi en tiempo real todas las operaciones realizadas, mostró que ayer se cerraron no menos de 400 nuevos contratos. Tampoco se redujo la cantidad de camiones cerealeros que ingresaron a los puertos de exportación, que sumaron 4.387, un número normal para la época.
En las bolsas de cereales, sin embargo, destacaban una merma de la actividad comercial. “Debido al conflicto comercial de dominio público se conocieron un número limitado de negocios”, decía un análisis de la bolsa porteña.
Al mediodía, en la sede de la Sociedad Rural, el presidente de esa entidad hizo un primer balance positivo de la medida de fuerza. Luis Miguel Etchevehere compartió el micrófono con Rubén Ferrero, de CRA, y Egidio Mailland, de Coni- nagro. Aunque muchas filiales de la Federación Agraria -la cuarta pata de la Mesa de Enlace-, desafiaron a sus autoridades y adhirieron a la medida de fuerza, se notó bastante la ausencia de esa organización sobre el escenario.
Para peor, los nuevos directivos de la entidad, que decidieron negociar individualmente con el Gobierno, salieron a descalificar a sus ex compañeros de ruta. “Los productores de las provincias inundadas tienen que sacar a caballo la leche de las vacas, y largar un paro en este momento es una tomada de pelo”, evaluó el vice de FAA, Ariel Toselli.
Ignorando esas internas, el presidente de CRA leyó un comunicado en el que el bloque agropecuario reclamó “un cambio urgente de rumbo”. Restricciones a las exportaciones de todo tipo, retenciones, administración de la oferta con cupos que distorsionan los precios, presión impositiva exorbitante, limitaciones al financiamiento, fijación de precios, impedimentos a las importaciones de insumos, han generado la pérdida de competitividad que se manifiesta en el quebranto generalizado”, apuntaron los ruralistas.
Muchos datos acompañan ese reclamo. Se recordó, por ejemplo, que “200 mil toneladas de peras, es decir 25% de la producción nacional, quedaría sin cosechar”, o que “hay 5.000 tamberos menos que en 2001”. También se remarcó que los costos de cultivar tabaco aumentaron 40% el último año, pero “el precio al productor sólo se incrementó un 10%”. Y así, muchos ejemplos de la crisis que viven las economías regionales.
Sin ingresar en esas discusiones puntuales, desde el oficialismo se sigue argumentando que la protesta tiene un tinte estrictamente político.
“Sin duda se trata de un paro empujado por los grandes productores a los que les ha ido muy bien en estos años, pero que no toleran que haya un Gobierno decidido a llevar la equidad social a todos los argentinos”, evaluó Guillermo Martini, de la Corriente Agraria Nacional y Popular (CANPO).
Matías Longoni - Clarín