Así lo informó el Instituto de Estudios sobre la Realidad Argentina y Latinoamericana (IERAL) de la Fundación Mediterránea.
Los anuncios macroeconómicos no tienen impacto positivo significativo en el negocio agropecuario. Por el contrario, vamos en dirección al precipicio del uno a uno.
Aunque el vecino país redujo sus importaciones, Argentina aumentó su participación y superó a Uruguay.
El mercado de calidad de trigo apareció en plena cosecha del cereal a causa de los bajos niveles de gluten promovidos por los altos rindes registrados en muchas zonas de la región pampeana.
Con atraso cambiario, la Argentina comenzó su recuperación antes que su principal socio comercial, por eso se convirtió en un gran comprador de ese país.
La reducción será de 0,5% mensual. Como las provincias reciben el 30%, perderían unos 6 mil millones de pesos a lo largo del año.
Así las exportadoras de cereales y oleaginosas liquidaron u$s 21.399 millones en los últimos 12 meses.
Las ventas externas de trigo lograron un volumen histórico de 12.620.718 toneladas en el ciclo comercial 2016/17, al superar en un 10,7% al anterior récord de 11.402.665 toneladas alcanzado durante el período 2011/12.
El comercio exterior argentino dio un fuerte tropiezo y hundió más aún la balanza comercial. El mes pasado, las exportaciones cayeron 4,9 por ciento comparadas con el mismo mes del año pasado, para quedar en 4.610 millones de dólares.
Esto permitirá que un listado de productos de las economías regionales pueda ingresar en el mercado norteamericano con arancel cero, beneficiando a alrededor de medio millar de manufacturas argentinas.
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