Cómo y cuándo aplicar fungicidas para evitar roya y tizón
Recomendaciones para el control de roya, tizón y mancha blanca del maÃz. La primera medida es el uso de hÃbridos resistentes.
En el cultivo de maÃz, las enfermedades foliares roya, tizón común y mancha blanca causan clorosis y/o necrosis, con el consecuente mal funcionamiento y destrucción de los tejidos fotosintéticos. Esta limitación de la intercepción de la radiación solar y la translocación de foto-asimilados limitan las âfuentesâ para el llenado de los granos. Cuanto más baja sea la relación fuente/destino habrá una mayor removilización de reservas desde el tallo. Esta situación fisiológica, a su vez, aumenta en maÃz la predisposición a las pudriciones de raÃz y tallo, y la probabilidad de vuelco y quebrado durante la cosecha.
La medida preferencial para manejar todas estas enfermedades es la resistencia genética. Sin embargo, la disponibilidad de hÃbridos que reúnan alto potencial de rendimiento y al mismo tiempo sean resistentes a todas las razas o variantes patogénicas de los hongos agentes causales, es muy escasa y limitada. Por ello el uso de fungicidas foliares se ha incrementado en los últimos años como consecuencia de una mayor prevalencia e intensidad de estas enfermedades. En general, la roya y el tizón común son las principales enfermedades que requieren intervención quÃmica. No obstante, en la campaña pasada se registraron, en algunas localidades del centro de la provincia de Santa Fe, sÃntomas inusuales con nivel epidémico afectando distintos hÃbridos de maÃz. Estos sÃntomas consistieron en numerosas manchas blancas sobre todas las hojas de las planta. Actualmente se está trabajando sobre la determinación del agente causal, el que muy posiblemente sea Phaeosphaeria maydis. Esta enfermedad representa actualmente un nuevo desafÃo de difÃcil control porque los fungicidas no parecen ser del todo efectivos Los fungicidas âdoble mezclaâ (estrobilurina más triazol) son los más utilizados. La respuesta de rendimiento al uso de fungicidas en Argentina puede llegar hasta más de 1000 kg (1000-1500 kg/ha) al controlar roya, o de hasta más de 2000 kg (2000-3000 kg/ha) al controlar el tizón. También deberá considerarse el beneficio adicional sobre el control de otras enfermedades foliares y sobre la disminución de pudriciones de raÃz y tallo.
Los fungicidas deberÃan ser usados tomando en cuenta los factores de la enfermedad y del ambiente, y no bajo la presunción de probables aumentos de rendimiento que pudiesen ocurrir en ausencia de las enfermedades. Desde hace varios años, la FAUBA trabaja en el desarrollo y validación de sistemas de ayuda para la decisión de aplicación de fungicidas, basados en experimentación a campo. La decisión de la aplicación debe necesariamente incorporar el precio del fungicida, el precio del grano de maÃz y el rinde potencial. Con estas variables se calcula cada campaña el umbral de daño económico (UDE), que es un valor de intensidad de la enfermedad donde se debe proceder al control quÃmico. Para no exceder el UDE, la decisión se debe tomar cuando lo indique el umbral de acción (UDA). Sólo se justificará la aplicación en el momento en que se alcance el UDA. Si las pérdidas causadas por la enfermedad fueran menores que el costo de aplicación, no es justificable la misma. Si por el contrario, para hÃbridos susceptibles, no se realizara la aplicación al llegar al umbral, las pérdidas pueden ser irreversibles. Por lo tanto, es de destacar que desde el punto de vista económico, tanto la falta de control como las aplicaciones tardÃas de fungicida pueden reducir la rentabilidad económica de los productores.
Para decidir el momento de aplicación según el UDA se propone la siguiente metodologÃa:
-Realizar el monitoreo âsistemáticoâ desde V8 hasta 15 dÃas después de floración (R1). La ventana de aplicación es +/-15 dÃas alrededor de R1. Para el caso de hÃbridos extremadamente susceptibles a la roya podrÃa realizarse una aplicación a partir de V8 si se alcanzara el UDA y las condiciones ambientales fueran predisponentes (temperaturas frescas, alrededor de 17-22°C, y amplitud térmica diaria).
-Tomar al azar al menos 20 plantas en cada lote y cuantificar el número de pústulas de roya y el largo de cada lesión de tizón en cada hoja.
-Para el monitoreo de V8 considerar todas las hojas verdaderas expandidas de cada planta, mientras que para el monitoreo en Vt-R1 considerar solo las 3 hojas (He, He+1, He-1)
-Cuando el hÃbrido es muy susceptible se aconseja incorporar desde Vt 5 hojas en la cuantificaciones (He, He+1, He-1, He+2, He-2.).
-Posteriormente calcular el número de pústulas de roya promedio (sumatoria del número de pústulas dividido el número total de hojas).
-Para tizón, se debe considerar el largo promedio de lesión. Debido a las caracterÃsticas de esta enfermedad (lesiones que aumentan su tamaño en largo bajo condiciones ambientales favorables), se debe priorizar la longitud de la lesión por sobre el aumento del número de lesiones. Para ello considerar el equivalente a el largo de 1 cm promedio independiente del número de lesiones. (ejemplo: si existe una sola lesión que mide 3 cm, lo que dividido tres ( las tres hojas consideradas en la evaluacion) da el umbral de 1 cm a pesar de tener solo una lesión.
-Para roya tener presentes los valores de UDA y UDE del cuadro. Para tizón se propone el UDA de 1 cm promedio de largo de lesión en las tres hojas de referencia en Vt/R1.
Cómo y cuándo aplicar fungicidas para evitar roya y tizón en maÃz
Para tizón, las prioridades de monitoreo y aplicación serán aquellos lotes sembrados con hÃbridos susceptibles, bajo siembra directa y con presencia de rastrojo de maÃz previo en superficie, y ubicado en regiones donde la frecuencia y cantidad de lluvias sean frecuente/abundantes o en lotes bajo riego. Para esta enfermedad, especial referencia deberá prestarse a lluvias acumuladas desde V6-V7 de 100 mm o más, ya que el tamaño de lesión de la enfermedad se expandirá significativamente desde R1.Â
Fuente: ClarÃn Rural