Mejoran algunos índices productivos
El flujo de la oferta ganadera es irregular, con subas y bajas circunstanciales. De todos modos, el valor real del novillo ya se ubica un 27 por ciento por debajo de un año atrás. El colchón acumulado en términos reales por el precio del novillo era muy alto, pero se va perdiendo mes a mes: es imposible pelear contra la inflación.
El stock ganadero está en plena recuperación, pero todavía falta mucho. Con respecto a marzo del 2008, hay 7,7 millones de cabezas menos. Si se trata de vacas, hay 2,61 millones menos, y mientras que el número de vaquillonas es inferior en 623 mil animales (ocho por ciento).
El número de terneros, que es a nuestro entender la variable más importante a analizar, se halla hoy 1,58 millón de cabezas por debajo de cuatro años atrás. Llama la atención la fuerte caída en la cantidad de novillos, 1,4 millón (29 por ciento) y de novillitos 1,3 millones (25 por ciento), siendo previsible que estas dos últimas categorías van a ser las que más tardarán en recuperarse, por el nuevo auge del feedlot. En estos establecimiento se mata un número creciente de machos livianos, ante la hostilidad al sector exportador, que continúa y que desalienta la producción de novillos pesados.
La recuperación del stock ganadero estuvo muy por debajo de lo esperado en 2010, por la inercia misma del proceso de liquidación anterior. Pero desde principios de ese año queda claro que la sumatoria de la faena y la mortandad natural se ubica claramente por debajo de la cantidad de terneros destetados, por lo que el stock estaría creciendo a razón de 1,5-2,0 millones de cabezas anuales.
Más vientres. En lo que va del año está creciendo claramente la faena de ganado vacuno (seis por ciento), pero este aumento de la extracción quedaría más que compensado por la cantidad de terneros nacidos, aumento que se debería en mayor medida a un número más alto de vientres entorados que a una mejora en la tasa de preñez.
En los últimos dos años, la mayor parte del incremento del stock se dio en las zonas tradicionales de cría del área pampeana, por ejemplo en la Cuenca del Salado; muchos veterinarios dicen que ese aumento no es otra cosa más que la recuperación en el número de vientres que se tenía antes de la política ganadera K y de la seca (2005-2009). Aclaran que apenas se vuelva al número de vientres original, ese crecimiento se desacelerará marcadamente. En las zonas del país donde la cría es más productiva, con índices de destete del 75-78 por ciento, la expansión de la actividad está limitada por el desarrollo de la agricultura y la expansión del ciclo completo.
La mejora en el índice de destete a nivel nacional que se observó en los últimos dos años -a partir de índices de emergencia- se debe no sólo a la mayor tasa de procreo en todo el país, por la baja carga y el favorable ciclo climático, sino también por la mucho más rápida recuperación del stock de cría pampeano en relación al stock del NEA, el NOA y el Semiárido, donde los índices de procreo son más bajos. En la medida en que vuelva a crecer el stock de cría en las zonas "marginales", y se estanque en la zona pampeana, es probable que gran parte del aumento logrado en los últimos años en el índice de destete a nivel nacional se pierda, por la productividad diferencial de ambas áreas.
La Voz del Interior