Recomendaciones para recolectar miel de calidad
Extractar los cuadros que contengan como mÃnimo el 70 por ciento de la miel operculada. Las alzas melarias no deberán estar en contacto directo con el piso del vehÃculo y para tal fin se recomienda la utilización de bandejas.
La etapa de la recolección de la miel es una de las más esperadas por los productores y en consecuencia debe ser uno de los puntos de mayor atención para evitar complicaciones.
El mercado mundial de alimentos tiene cada vez mayor interés en adquirir mieles inocuas – es decir alimentos seguros-, con determinadas características que hacen a la calidad y sobre todo que puedan trazarse desde su origen y en consecuencia hay que prestar mucha atención en este punto.
En consecuencia se debe diseñar un protocolo de calidad para de esta manera organizar un sistema de gestión, junto a una serie ordenada de procedimientos y registros que luego puedan verificarse mediante un plan de auditoría.
Lo anterior significa que se requiere de una metodología que permita planificar, hacer, verificar y actuar, lo que se conoce como Circulo de Deming (planificar, hacer, verificar, actuar), y que a mediano plazo permite garantizar la mejora continua del Sistema.
Los pilares fundamentales de las buenas prácticas se basan en:
– Entender al apiario como una unidad de manejo,
– Conocer la curva de floración de la zona,
– Sustentar el manejo sanitario en la inspección para la toma de decisión,
– Alimentación energética estratégica y el recambio de reinas con su oportunidad de multiplicación del apiario.
De igual modo hay que focalizar las buenas prácticas de manejo en la cosecha, carga y transporte y extracción de miel.
A continuación nos focalizamos en la etapa de recolección y traslado de la producción.
Llegados al punto de la cosecha se recomienda recolectar los cuadros que contengan como mínimo el 70 por ciento de la miel operculada.
Para el desabejado de los cuadros a cosechar se podrá utilizar el ahumador – en forma moderada-, el soplador, golpeo o cepillado. Quedando prohibido el uso de ácido fénico o cualquier otro producto químico para tal fin.
No se deberán cosechar cuadros que contengan cría.
Es mejor cosechar el apiario completo con el fin de garantizar la trazabilidad del producto final desde su origen. Para lo cual se deberá llevar en cada traslado a la sala, con la planilla de campo correspondiente.
En la misma se dejará asentado el número de sala, la cantidad de alzas entregadas, así como también el número de lote asignado y los kilos totales obtenidos una vez finalizada la extracción.
En caso de que por contingencias climáticas y/o algún inconveniente que se presentara, no se pudiera finalizar con la cosecha total del apiario o si por cantidad de alzas (tanto apiarios muy chicos como grandes) se justificara movilizar más o menos de un apiario en el mismo traslado, se deberá dejar constancia de ello en la Planilla de Campo e informar al encargado de sala.
Carga y transporte
También esta se convierte en una etapa crítica si lo que buscamos es obtener calidad final. Es fundamental tener presente que el vehículo que transporta las alzas melarias deberá estar en buenas condiciones de higiene y queda prohibido el transporte del material de cosecha conjuntamente con cualquier otro elemento contaminante.
Las alzas melarias no deberán estar en contacto directo con el piso del vehículo y para tal fin se recomienda la utilización de bandejas. Al igual que las alzas deberán estar debidamente estibadas y amarradas para evitar su desplazamiento y caída.
Los vehículos tendrán que transitar cubiertos de manera tal, que no se permita la contaminación de las alzas melarias con polvo, tierra, agua, o mezcla de alguno de ellos.
Realizar un transporte cuidadoso y seguro, evitando que se produzcan roturas de cuadros y/o alzas por manejo incorrecto del transportista.
En caso de transportar en el mismo vehículo la cosecha de más de un apiario, conviene estibar e identificar como lotes separados para que puedan ser extraídos como tal en la sala de extracción.
Fuente: El Apicultor