Cómo mejorar la eficiencia productiva
Los avances tecnológicos registrados en el sector primario de la cadena agralimentaria se han visto reflejados en la adopción de maquinarias, insumos y formas de manejo que permitieron mejorar significativamente los volúmenes de producción.
Estos cambios se han acompañado en el aspecto administrativo de la empresa agropecuaria con nuevos modelos de gestión, que fomentaron la renovación de viejos esquemas en la forma de hacer negocios.
La planificación de la empresa agropecuaria en la actualidad demanda el manejo de información y la articulación de diferentes indicadores que permitan monitorear todas las variables del negocio.
Puesto que en la empresa ganadera contar con algunos datos básicos para su análisis resulta de gran importancia para la mejora de la gestión como productores agropecuarios, repasemos algunos aspectos que permiten hacer una lectura de mayor precisión sobre el rumbo del negocio.
Conocer cuánto se está produciendo permite comenzar a interpretar de dónde se obtienen las mayores ganancias y cuáles son los principales puntos críticos causantes de pérdidas. De ese modo, con algunos simples datos se puede comenzar a realizar un diagnóstico aproximado.
A modo de ejemplo los técnicos del INTA explican que “al realizar una venta, recibimos un comprobante con el peso total de los animales. Este ticket de la balanza nos puede dar una serie de resultados simples que nos ayudan a obtener algunos datos certeros de productividad”.
Con el peso total de animales vendidos dividido por la cantidad de animales vendidos se obtiene el peso promedio de esa venta.
Ese peso total dividido por la cantidad de hectáreas dedicadas a ganadería nos informa sobre kilos de carne producidos por hectárea.
Esta cuenta que se obtiene se puede usar para todas las categorías, pero no así la suma de categorías porque nos daría un número erróneo. Por ejemplo, si a la venta de terneros le sumamos las vacas vacías o novillos, nos aumentaría erradamente el promedio.
Según explican los referentes del INTA “estas simples cuentas nos permiten compararnos con otros productores, conocer si nuestra producción por hectárea es alta o baja, si el resultado es bajo averiguar cuál puede ser la posible causa (baja carga por hectárea, bajos índices reproductivos, alto porcentaje de mortalidad, etc.)”.
Sin embargo, los técnicos observan que “es en esta parte donde hay que tener en claro que la eficiencia se refiere a la relación entre lo insumido y lo producido. Un rodeo puede ser más eficiente que otro si con igual insumo (hectáreas, número de vacas) produce más terneros por hectárea, por vaca o más kilos por ternero”.
Otros datos que son de gran utilidad a la hora de medir la eficiencia productiva son los índices reproductivos que se manifiestan en los porcentajes de preñez, de parición y destete.
El índice de preñez “es el número de vacas preñadas sobre las vacas entoradas. Cuando este índice es bajo nos está indicando un mal manejo del servicio, problemas con los toros, enfermedades venéreas, mal manejo nutricional, etc. Si se multiplica por 100 nos da el porcentaje de preñez”.
El índice de parición “es la cantidad de vacas paridas sobre las vacas entoradas que indica la cantidad de terneros nacidos que tenemos. Un bajo índice es consecuencia directa de un bajo porcentaje de preñez o a causa de enfermedades que provocaron aborto o muerte cercanas al parto”.
El índice de destete “es el número de terneros destetados sobre vacas entoradas. Un número bajo de este índice puede deberse a factores nutricionales extremos (que al próximo año se van a reflejar en él porcentaje de preñez) o a causa de enfermedades como diarreas, neumonías, mancha o parasitarias”.
“Con la toma de estos datos relativamente sencillos de relevar, que muchas veces son anotados en un cuaderno de campo, tenemos una herramienta fundamental para ver en dónde están los puntos críticos de nuestro sistema productivo”, explican los técnicos del INTA. De esta manera “la información que refleja en números el esfuerzo de un año de trabajo, resulta de gran importancia para afrontar una nueva estrategia con un direccionamiento de nuestros puntos evaluados para la proyección de la tarea como productores”.
El análisis de los datos que surgen de las acciones cotidianas en la tarea ganadera “es un ejercicio para que permite que el resultado de nuestro negocio agropecuario no sea solamente una “sensación”, sino que sea cuantificable y esté avalado por los números para llegar en un corto tiempo a un cálculo elemental de Margen Bruto”.
Cuantificar lo que se está produciendo permite comenzar a interpretar de dónde se obtienen las mayores ganancias y cuáles son los principales puntos críticos causantes de pérdidas.
Fuente: EEA Cuenca del Salado