Vitivinicultura: menor producción y precios más altos
El sector vitivinícola argentino afronta un nuevo año con una menor producción, precios más altos y exportaciones en alza.
El sector vitivinícola argentino afronta un nuevo año con una menor producción, precios más altos y exportaciones en alza, en un contexto en el que las ventas al exterior están en parte condicionadas a la resolución de la situación de crisis internacional provocada por la invasión de Rusia a Ucrania, explicó el presidente del Instituto Nacional de Vitivinicultura (INV), Martín Hinojosa.
En una entrevista con Télam, Hinojosa destacó además la mejora para las pymes del sector que significó la quita o reducción de retenciones y el incremento de los reintegros de exportación, y la obtención de un crédito del BID por parte del Estado nacional por US$ 40 millones para enfrentar la crisis hídrica y los problemas de comercialización de los pequeños productores.
A continuación, los principales tramos del reportaje:
-Volvió la Fiesta de la Vendimia en formato presencial. ¿Qué balance hacen?
-Salió todo muy bien, pero quiero destacar un evento muy importante, la entrega de los premios a la trayectoria vitivinícola a más de 30 protagonistas de todas las provincias, productores y bodegueros, que ya se instaló en la agenda de la Vendimia.
-¿Cómo impacta en el sector la caída en la producción de uva estimada para esta cosecha?
-Hemos estimado una caída de 13% en la producción, con relación a la cosecha anterior, que ya había sido de normal para baja; y respecto de una cosecha normal, la baja sería de casi 17%; con muy buena calidad, eso sí; pero menos cantidad; y una cosecha menor genera una presión en los precios, un recalentamiento
-¿La suba de precios alcanza a todo el sector de igual manera?
-Los precios son muy diversos, dependen de la uva y la zona, pero las uvas con destino a vino están teniendo una actualización importante en los precios dada la escasez.
-¿A ello se suma que en la actualidad no hay grandes stocks como otros años, no?
-Los stocks están equilibrados; en un contexto de cosecha menor, hay que ver cómo evoluciona la venta.
-En relación al consumo, que en 2021 bajó un poco respecto de 2020, ¿Qué esperan para 2022?
-Es difícil hacer futurología, las oscilaciones en los volúmenes las genera la venta de vino a granel, un mercado un poco infiel, que se mueve por el precio, como un commodity; con bajo precio se vende muchísimo, y con precio normal cuesta un poco más vender; por suerte, de cada cuatro botellas que se venden, tres son en el mercado interno; la Argentina es uno de los pocos países que tienen un mercado interno tan fuerte, una ventaja porque permite que emprendimientos pequeños puedan ingresar al mercado, vender ubicar pequeñas producciones; en cambio, la exportación es mucho más compleja, esta ventaja te permite diversidad, algo que no es menor...
-A propósito del mercado externo, el 2021 pasado fue un buen año, en líneas generales...
-Sí, aumentamos en volumen y en valor todo lo que es vino fraccionado, el producto con mayor valor agregado, por la botella, la cápsula, la etiqueta y la mano de obra, pero sobre todo por la marca; ingresar a un mercado con marca es más difícil, pero también lo es salir; por eso es bueno haber aumentado no sólo 9% en volumen sino también 16% en valor; estamos vendiendo más y más caro.
¿Esto se podrá sostener en 2022?
-Es difícil, todo el sector aspira a que sí pero hay países muy agresivos comercialmente, no competís con bodegas de todo el mundo; y si se tienen que bajar de precio lo hacen fuertemente.
-¿Cómo afectará al sector la situación internacional por la invasión rusa a Ucrania?
-Lo que exportamos a Rusia no es significativo a nivel de volumen, alrededor de 2 o 3%; pero la situación es más compleja, hay que ver cuánto le exportan otros países vitivinícolas, como España, Italia o Grecia, y a dónde va a ir a parar ese vino; hay que ver qué pasa, si termina rápido o sigue; y a partir de ahí evaluarlo; también hay que tener en cuenta el aumento del petróleo, que encarece los fletes, si el conflicto se prolonga en el tiempo van a haber consecuencias; si no, van a ser menores.
-Problemas de logística como los de 2020, que se sumaron a la escasez de botellas
-Sí, vivimos una crisis logística muy importante; y a eso se sumó el problema de las botellas, que fue a nivel mundial, agravada en lo local por un siniestro; desde el INV planteamos que rápidamente las dos cristaleras pudieran estar rápidamente trabajando; una de ellas, Cattorini, puso en funcionamiento un horno nuevo que procesa 14 millones de botellas mensuales; y con la normalización de Verallia se debería equilibrar el abastecimiento del sector.
-Desde el sector en los últimos días se plantearon reclamos de baja de retenciones y mayor financiamiento.
-Después de muchísimos años el Gobierno nacional tomó la decisión de quitarle las retenciones a las pymes y duplicarles los reintegros de exportación, algo histórico; está bien que el sector pida esfuerzos al Estado nacional, pero tiene que reconocer que los ha hecho; gran parte de los exportadores dejó de pagar o paga la mitad; la vitivinicultura no sólo es la única de las economías regionales a la que se le mejoró el reintegro sino también a la que se le otorga un préstamo gestionado por el Estado nacional por US$ 40 millones; eso habla muy bien de cómo trabajan en conjunto el sector público y el sector privado; la mayoría de los objetivos que se plantean se terminan concretando; por eso creo en el vínculo entre lo público y lo privado.
-¿Uno de los ejes más importantes del crédito del Proviar II es el tema de lo hídrico?
-Sí, uno de ellos es ese eje; la crisis hídrica es una realidad, es una necesidad a abordar, como la comercialización, el otro eje fuerte; entendemos que la pandemia nos dio también la razón de que cuando se vende y exporta más, los stocks se equilibran, la cadena empieza a funcionar un poco mejor y en forma más justa; y es esencial ser innovador, con nuevos productos y estilos de vino; y para eso es necesario tener un programa que incentive al sector privado a realizar los cambios necesarios para adaptarse a los cambios de consumo.
-¿Entre los nuevos productos está el vino sin alcohol o bajo alcohol?
-Hay una tendencia a consumir vinos con menor graduación alcohólica en todo el mundo, algo que no va en contra de los vinos tradicionales; consumidores que quieren probar otros estilos de vinos y la industria tiene que acompañarla.
-Otro tema que se planteó en las últimas semanas fue la defensa de la marca Patagonia...
-Se está trabajando en conjunto con Coviar, Bodegas de Argentina y el Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación, para proteger la marca y la IG (Indicación Geográfica); creo que va a prosperar porque la bodega que está utilizando esta marca va a entender que está todo el sector reclamando que no lo haga.
-¿Cuál es el análisis que hacen sobre el proyecto de ley de alcohol cero?
-Todos en el sector promovemos un consumo responsable, nadie pretende lo contrario; después se discutirá cuánto es la tolerancia; es un debate que se tiene que dar en forma responsable, las posiciones extremistas no son buenas, hay que llegar a un consenso sobre qué es bueno para la salud y la seguridad.
Fuente: Telam