La picada en 2017 costaba 300 pesos, hoy ya se fue a 1450
El último informe de la Fundación Agropecuaria para el Desarrollo de Argentina (Fada) hizo foco en los ingredientes que los argentinos compran para comer una típica picada.
“Lo planteamos como una entrada para 4, pensando en el verano, en un grupo de amigos o en la familia que se junta una tardecita: la misma picada hace 4 años costaba $300, hoy cuesta $1450, se multiplicó el precio por 5. Así se va desvalorizando nuestra moneda, cada vez necesitamos más pesos para comprar los mismos productos” advierte Natalia Ariño, economista de Fada.
En materia de salarios reales, al comparar diciembre 2017 con diciembre 2021, el informe de Fada señala que perdieron el 20% del poder de compra. “Esto quiere decir que de cada $1000 que consumíamos en diciembre de 2017, en la actualidad podemos consumir el equivalente a $800”, completa Ariño. Este cálculo está realizado en base al Índice de Salarios que publica Indec, teniendo en cuenta salarios públicos y privados, formales e informales.
“Para armar este cálculo pensamos en una juntada entre amigos o familia, en la previa a un partido o el reencuentro después de un tiempo sin poder vernos. Tuvimos en cuenta el queso, el fiambre, el pan, la cervecita, la gaseosa, cosas que no faltan nunca. Con esto calculamos que en cuatro años el billete de $1000 perdió la capacidad de comprar casi 4 kilos de jamón cocido, 3,300 de salame, 3,300 de queso pategrás, 20 kilos de pan, 18 botellas de cerveza y 17 botellas de gaseosa”, afirma Miazzo.
Con 1000 pesos, en diciembre de 2017 se podía comprar 4 kilos de queso pategrás ($247), hoy sólo alcanza para 700 gramos ($1.340). Con el fiambre sucede lo mismo: en 2017 se podía comprar 4,7 kilos de jamón cocido ($213) o 4 kilos de salame ($257), hoy no alcanza para un kilo de ninguno de los dos (jamón $1.140 y salame $1.360).
“Para acompañar todo esto falta el pan, en 2017 comprábamos 24,5 kilos ($40,60). Hoy nos alcanza para 4 ($210). Para tomar, si pensamos en picadita se nos viene una cerveza a la cabeza: en 2017 con $1000 podíamos comprar 24 botellas ($41), hoy solamente nos alcanza para 6 ($160), son 72 pintas menos para brindar”, expresa Ariño. Con la gaseosa cola pasa lo mismo: en 2017 se podían comprar 23 botellas de 1,5 litros ($45,50) pero hoy sólo se pueden comprar 6 ($150).
“El Changómetro nos deja ver que la inflación afecta a todo tipo de productos: suben los alimentos, la nafta, los artículos escolares, la ropa. Porque el problema es que nuestro peso cada vez vale menos”, explica Miazzo. Por este motivo, entiende, "no son efectivas medidas como restringir exportaciones, poner controles de precios, congelar tarifas y precios o buscar culpables de las subas de precios de la lechuga o el huevo, porque el problema no está en una cadena productiva en particular, o en un empresario malo”, concluye el economista.
¿Se puede frenar la inflación?
Los economistas de FADA afirman que sí, que hay formas de “tratar” o controlar la inflación. Apuntan que hay que tomar medidas en tres sentidos: emisión de pesos, equilibrio fiscal y confianza en la economía del país.
“Lo primero a decir es que sí o sí hay que encarar los tres focos para que funcione”, advierte Miazzo. “Hay que dejar de imprimir pesos, el Changómetro muestra que el problema no son los precios, son los pesos y su pérdida de valor”, agrega.
Para dejar de imprimir pesos es necesario contar con equilibrio fiscal. "Este es el segundo punto: los gobiernos tienen que dejar de gastar más de lo que recaudan por impuestos, no hay otra opción que controlar el gasto público para controlar la inflación", señala el informe de Fada.
“Los pesos, como cualquier moneda, son un papel impreso, su valor está determinado por la confianza que genera el país que lo imprime. Hoy nuestra moneda sirve para comprar cosas, pero no es una moneda de referencia o en la que se pueda ahorrar”, explica Ariño.
“Por esto, la solución pasa también por generar confianza, en la salud y el rumbo de la economía de un país. Para ello, es necesario un plan económico consistente que sea capaz de ir solucionando los grandes desequilibrios macroeconómicos del país”, completa Miazzo.
“El Changómetro nos muestra en cada edición, con distintos ejemplos cotidianos, que cada vez necesitamos más pesos para comprar las mismas cosas. Esto golpea aún más fuerte a quienes menos tienen. Es por esto que es necesario “tomar el toro por las astas” y atacar las causas del aumento de precios para dar solución a la inflación” concluyen desde Fada.
Los números:
- Queso Pategrás (1 kg): con $1000 en 2017 se podía comprar 4 kilos ($247). Hoy alcanza para 700 gramos ($1.340).
- Pan Francés (1 kg): con $1000 en 2017 se podía comprar 24,5 kilos ($40,60). Hoy alcanza para 4 ($210).
- Jamón Cocido (1 kg): en diciembre 2017 se podía comprar 4,7 kilos con $1000 ($213), hoy alcanza para 900 gramos ($1.140).
- Salame (1 kg): En diciembre 2017 se podía comprar 4 kilos ($257). Hoy alcanza para 700 gr ($1.360).
- Cerveza (1 litro): En 2017 se podían comprar 24 botellas ($41). Hoy 6 ($160).
- Gaseosa cola (1,5 litro): En 2017 se podían comprar 23 botellas ($43,50). Hoy 6 ($150).