La avicultura prevé recuperar lo perdido en 2021
Según datos del sector a nivel nacional, en 2021 se produjeron 240.000 toneladas de pollos, 5.000 menos que en 2020.
Para este año se proyecta mayor cantidad de inversiones y un crecimiento del 3% en la producción que permitirá recuperar los índices previos a la pandemia.
Roberto Domenech, presidente del Centro de Empresas Procesadoras Avícolas (CEPA), dialogó con DOS FLORINES y realizó un balance del sector en 2021 que da cuenta de un año complejo. Los indicadores advierten por una caída que pone un freno a la inercia ascendente. “El año pasado produjimos 240 mil toneladas de pollos, un 3% menos que en 2020”, afirmó el dirigente.
Consultado respecto de los factores que explican esta tendencia, aseguró que “después de lo difícil que fue 2020, muchas de las empresas decidieron producir menos, para ver cómo se daba el 2021”. En otras palabras, el sector prefirió la cautela en medio de un escenario de cambios abruptos en los mercados.
De todas maneras, en cuanto a los precios y a lo irregular que había sido 2020 por el impacto de la pandemia, Domenech reconoció que la avicultura tuvo cierta mejoría en la rentabilidad porque “hubo menos oscilaciones”. “Si bien se mantuvo alto el precio del maíz y de la soja, tuvo menos impacto que en 2020”, sostuvo.
No obstante, al mismo tiempo, planteó que no hubo rentabilidad como para poder impulsar inversiones que permitan expandir el sector. “Seguimos atrasados. Algunos proyectos que estaban en marcha se han ralentizado mucho. Lo único que pudimos sostener fue el circuito de comprar, producir, vender, cobrar, comprar”, afirmó.
Ante este escenario y de cara a lo que se viene, se mostró optimista y estimó “que la producción del primer semestre va a estar en los 3.400.000 pollos por día de faena y va a tener un crecimiento a partir de julio/agosto y terminaríamos el año con 2 o 3 % más de producción”. “Terminaríamos 2022 con la misma producción que 2020”, anticipó a DOS FLORINES.
En buen camino
Según el presidente de CEPA, en 2021 el consumo del mercado interno estuvo en 47 kilos de pollo per cápita. En relación a este índice, confía en que el consumo puede crecer. “El abastecimiento es fluido, todo lo que se abastece es todo lo que se demanda y la demanda es sostenida. Llegamos a fin de año con un nivel de stock en cámaras muy bajo y es algo que hace tres años que no pasaba”, expuso.
De la mano con esto, señaló que la demanda es fuerte por el momento y que si se produce más puede aumentar el consumo. “Capacidad de crecimiento hay. Nuestra proyección era llegar al 2024 de forma estable a los 50 kilos por habitante, así que entendemos que, de tener un crecimiento sostenido del 3% anual, podríamos estar manejando esa cifra en los próximos tres años”, aventuró.
Además, añadió que no solamente es alta la demanda de productos frescos, si no que también es alto el consumo de pollos congelados. De este modo, el pollo consolidaría la tendencia que se confirmó en pandemia, de que el pollo ya es la carne más elegida por los argentinos, por encima del vacuno y el cerdo.
Contingencias mundiales
Si bien en 2020 hubo grandes dificultades económicas en el sector propias de los cambios e incertidumbres que impuso el Covid-19, advirtió que el año pasado también hubo muchas dificultades que se dieron fundamentalmente en el plano de las exportaciones.
Al ser consultado sobre los problemas que aparecieron en este período de aparente salida de la pandemia, con menores restricciones de parte de los Estados, contó que “el principal inconveniente se presentó en los puertos con los conflictos gremiales”.
Asimismo, mostró su preocupación por la falta de contenedores y barcos a nivel mundial, además de los nuevos costos en la logística del comercio internacional. “En muchas ocasiones teníamos contenedores varados en las terminales, pagando costos altísimos pero sin barcos para el transporte”, indicó.
Sobre este punto, anticipó: “Según las navieras, el problema va a estar solucionado a mediados del 2023, pero mientras tanto los fletes se han cuadruplicado. Mientras antes tenían un costo de 2.500 dólares, hoy estamos pagando entre 8 y 10 mil dólares”.
En este marco, Domenech explicó que la demanda se ha mantenido estable y hasta hubo un pequeño crecimiento que, en ocasiones, no se pudo satisfacer por los problemas señalados.
Financiamiento
A su vez, en este contexto, puso la lupa en las pocas inversiones que se produjeron en 2021, claves para que las empresas avícolas sigan siendo competitivas en mercados internacionales. “Hay galpones que necesitan inversiones mínimas, para los cuales hemos conseguido créditos”, dijo, aunque aclaró que no ocurre lo mismo con las inversiones estratégicas que posibilitan la expansión.
Según destacó, desde la Cámara se ha trabajado en un acuerdo con el Ministerio de la Producción y la Secretaría de la Pequeña y Mediana Empresa (Sepyme). “Son créditos ideales para los galpones integrados, con los cuales no se van a ver afectados por una garantía que les produzca tener que hipotecar sus campos”, explicó.
Los nuevos créditos tienen una tasa anual del 18% y el monto es de hasta 15 millones de pesos. “Son alrededor de 80 mil dólares, lo cual es un monto importante para refaccionar galpones con tecnologías de última generación”, acotó. Estos créditos se solicitan directamente a Sepyme y, según Domenech, en este momento hay entre 48 y 50 proyectos presentados y aproximadamente, 20 ya han sido aprobados.
Perspectiva endeble
Consultado respecto del escenario económico y político del país, el representante de la CEPA aseguró que “sigue siendo todo muy incierto y que hay que manejarse con la mayor prudencia, tratando de no dar pasos en falso”.
“Debemos mantener los mercados que tanto nos han costado abrir y acompañar al consumo interno, pero siempre con mucho cuidado porque no tenemos previsibilidad en el sector”, subrayó.
Además, expresó que la realidad del país está condicionada por las negociaciones que todavía se mantienen con el Fondo Monetario Internacional (FMI) y que “a partir de ahí se va a poder ver el proyecto económico de país que tiene el gobierno”.
“En el mientras tanto, trabajamos como podemos, agrupándonos con las demás cadenas productivas, como el maíz, la soja y las otras carnes, pero siempre debemos estar pendiente de las decisiones que toma el Gobierno”, concluyó.
Fuente: DOS FLORINES