Qué quiere debatir el campo después de las elecciones

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Presión fiscal, reglas de juego claras, inflación y correcciones a la macroeconomía, los temas a los que apuntan.

Tras las elecciones legislativas es imperativo buscar soluciones y plantear rumbos para el país. Un debate que el sector agropecuario está dispuestos a dar, en pos de una agenda que le permita todo su potencial.

El campo y la agroindustria generan el 70% de las divisas que ingresan al país, pero no solamente necesitan una macroeconomía estable, sino también un marco de previsibilidad para diseñar sus planes de negocios (por naturaleza, de largo, y a veces larguísimo, plazo) y atraer inversiones. En suma, un horizonte al cual apostar. Por eso Infobae dialogó con los principales referentes del sector para ver qué panorama avizoran tras las elecciones y qué discusiones es necesario plantear.

La relación entre el campo y el Gobierno no es buena y en los últimos tiempos se encuentra muy deteriorada. Este año ha sido especialmente conflictivo. Ciertas decisiones gubernamentales, como las intervenciones directas o indirectas en los mercados, entre las cuales sobresalió el cepo a la exportación de carne, fueron exasperantes para el sector.

Pero también hay que tomar en cuenta que las entidades tradicionales del agro que hoy integran la Mesa de Enlace, solamente en contadas oportunidades pudieron sentarse con el Gobierno a discutir o negociar, lo que generó una agraviante sensación de ninguneo. Las elecciones abren la expectativa de poder relanzar relaciones.

“Creemos que el nuevo Congreso tiene la oportunidad de saldar las viejas deudas con nuestro sector”, indicó el presidente de la Sociedad Rural Argentina (SRA), Nicolás Pino, a Infobae. Entre esas “deudas” el dirigente agropecuario resaltó la necesidad de diseñar y tratar una nueva ley de semillas, una legislación fiscal en la que el campo “pague impuestos como los otros sectores” y además se mostró a favor de que se eliminen las retenciones. “No nos importa quién gane sino que hagan las cosas que hay que hacer”, remarcó.

Por supuesto que están los reclamos más coyunturales que en el campo esperan que sean resueltos tras las elecciones, entre ellos la liberación total de las exportaciones de carne vacuna y también establecer un marco de certidumbre respecto a la campaña agrícola que está transitando la cosecha de los cultivos de invierno y la siembra gruesa. Además, Pino marcó la necesidad de prestar atención a la realidad de las economías regionales, donde la suba de los costos “está dejando en una situación complicada” a algunas actividades.

Otro punto que desde el campo creen que requiere un tratamiento y una solución urgente, es el tema del desdoblamiento cambiario. Ya hace varias semanas que se viene en un proceso devaluatorio constante, mientras que el valor del cambio oficial se mantiene con pequeños márgenes de movimiento. Además vale hacer una aclaración: los pesos equivalentes que recibe el productor por dólar exportado tienen una quita, para poner un ejemplo, del 35% en el caso de la soja por las retenciones, por lo cual, no solamente no cobra un dólar a 100 pesos, sino que, en realidad, apenas reciben 65 pesos. Es por esto que Nicolás Pino destacó que “los distintos tipos de dólares es un tema que debe solucionarse. Nuestros insumos se fijan con una referencia de $200 por dólar y nos pagan con uno de $ 100″.

Por otro lado, y abriendo el panorama a la economía en general, el presidente de la SRA, indicó que en los próximos meses “las correcciones tienen que estar dirigidas a estabilizar la macroeconomía para generar previsibilidad en un país con 50% de pobreza, y otro 50% de inflación. Nosotros, los productores, necesitamos un mercado interno con poder adquisitivo acorde a sus necesidades y, por otro lado, eliminar las restricciones a las exportaciones para poder abastecer a nuestros compradores con una oferta sostenible en el tiempo”.

Freno de mano

Por su parte, el vocero del Consejo Agroindustrial Argentino (CAA) y presidente de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires (BCBA), José Martins, señaló que tras las elecciones “se abre una nueva etapa” en la cual la entidad que congrega a más de 60 cámaras, asociaciones e instituciones del sector, deberá profundizar el diálogo con los diferentes sectores políticos del país, en especial, para expresar el potencial del sector y que se le quite el “freno de mano”.

“Nosotros tenemos la obligación y tenemos que trabajar mucho en explicar a los nuevos diputados y senadores y a la política en general, cuál es el potencial que tenemos como sector y cuáles son las barreras que están impidiendo que desarrollemos ese potencial. Y la política tiene que poner mucho y entender, así sacan el freno de mano. Así como este año va a ser récord el aporte de la agroindustria en la economía, con pequeñas cosas y trabajando en conjunto, hay potencial para crecer mucho más”, agregó el dirigente en diálogo con este medio.

La agenda de temas que plantea el CAA es extensa, aunque con diferentes prioridades. Entre ellas una de las principales es la ley de fomento para la agroindustria, que fue enviada esta semana al Congreso nacional por el Gobierno, y que buscará un tratamiento rápido, pero que incluya mejoras, de ser posible, que en su momento no se pudieron sumar. Además, se busca impulsar un anteproyecto de ley de Buenas Prácticas Agrícolas (PBA) que incluye entre sus principales ítems una legislación nacional para la aplicación de agroquímicos.

También, Martins consideró como un tema pendiente y “prometido” por el Gobierno, como es es la eliminación de las retenciones a las economías regionales. Y además el dirigente adelantó que se pretende ir un poco más allá y discutir los derechos de exportación (DEX) para la totalidad de las actividades agroindustriales: “Tenemos que sentarnos a charlar profundamente y consensuar un programa de reducción progresiva de los DEX. Desde el CAA veníamos con un proyecto de reducción gradual atendiendo a la problemática de nuestro país”.

En la nutrida agenda, la agrupación de entidades pretende discutir una estrategia federal de Educación Ambiental, el uso incremental de bioenergías, el diseño de una logística exportadora eficiente, rediscutir el funcionamiento de trenes, accesos a las ciudades y puertos, disponibilidad de contenedores, las rutas marítimas, la Hidrovía, mejorar la conectividad en zonas rurales y trabajar un proyecto de ley de seguros agropecuarios.

Pero también Martins está convencido, ya saliendo del plano estrictamente agroindustrial, de la necesidad de que a nivel nacional haya una suerte de acuerdo de “pautas mínimas” que le permita al país poder salir de la fuerte crisis en que está inmerso. “Es una obligación de las fuerzas políticas, del sector empresario y de los representantes de los trabajadores lograr acuerdos mínimos y básicos en el Congreso sobre pautas que tenemos que impulsar hacia adelante y que no sean tocadas por los gobiernos, para poder tener una base de desarrollo que nos potencie como Nación”, aseguró el dirigente empresarial, que por último puso énfasis en la necesidad de alcanzar un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) y evitar un eventual default.

Inflación

Ya es casi un dicho popular en Argentina que la inflación es “la madre de todas las batallas” y que para emprender un sendero virtuoso en lo que concierne a la economía, es fundamental tener esa variable bajo control, no solo para poder hacer un plan de negocios a largo plazo, sino también porque esta distorsión es doblemente nociva cuando se tienen los índices de pobreza que se registran hoy en el país.

En este sentido, el presidente de la Asociación de Maíz y Sorgo Argentino (Maizar), Alberto Morelli, aseguró que es necesario atacar ese flanco para poder después apuntar a conseguir inversiones. “Hay que profundizar el combate de la inflación, que hasta ahora no han tenido éxito y que muchas de las medidas que se han llevado últimamente a la práctica, ya se llevaron a cabo en el pasado sin ningún efecto beneficioso. Hay que trabajar sobre la macroeconomía con las variables que hoy están totalmente desfasadas”, remarcó.

Además, planteó que “tiene que haber normas que se van a respetar a lo largo del año, sino se genera mayor desconfianza y, por ende, bajas inversiones. Eso es algo sumamente importante. Hay una imposibilidad de pensar inversiones cuando hay cambios sustanciales”, e hizo mención a la Ley de Biocombustibles aprobada hace algunos meses que reduce la mezcla obligatoria entre el bioetanol, producido a base de maíz, con los combustibles fósiles. Para Morelli esto no solo significó una contradicción con la postura adoptada por Argentina respecto a las cuestiones ambientales, sino que también derivó en desalentar nuevas inversiones en el sector.

Pedido

El referente de los productores autoconvocados, Iván Castellaro, sostuvo que gran parte de las actividades agropecuarias hoy se encuentran muy dañadas por el “abandono” de la política hacia el sector, y, al igual que Morelli, entiende que, en primer lugar se deben establecer reglas claras y firmes, pero también bajar la presión fiscal que pesa sobre el sector, ya que asegura que tal carga hará que la producción emprenda un camino descendente.

“Necesitamos reglas claras de trabajo, no de juego, de trabajo, para que el sector, el productor, el empresario, sepa cómo invertir y qué decisiones tomar sobre tu empresa. Hoy hay que mirarlo de esa manera. Hay que tener un horizonte, no solamente por este periodo de Gobierno sino por muchos más. En estos momentos se está trabajando con una incertidumbre total y se hace inviable”, remarcó a este medio Castellaro, oriundo de de Cañada de Gómez, provincia de Santa Fe.

Asimismo, el productor autoconvocado, planteó la necesidad de reducir la presión fiscal sobre el sector, ya que entiende que con estos niveles la producción de granos emprenderá un proceso de decrecimiento que ubicará a la producción en un volumen equivalente al de 10 años atrás. Y también sostuvo que tranqueras adentro es necesario en los tiempos que se vienen, hacer una mirada sobre el sector y poder poner en claro “quién nos representa y quién no. Hay muchos lobos disfrazados de cordero. Hace mucho que hay un sector muy amplio que dice defender al sector agropecuario y no lo hace, que solo defiende sus negocios”.

Fuente: Infobae