Recomendaciones para almacenar carbono en sistemas ganaderos
Investigadores del INTA destacaron la importancia de los bosques naturales y pasturas para el secuestro de este elemento.
Los sistemas ganaderos comenzaron a trabajar en la sustentabilidad de los mismos y cómo mejorar las estrategias de manejo de rodeo. Desde el INTA Paraná, Entre Ríos, destacaron la importancia de los bosques naturales y pasturas para el secuestro de carbono en el suelo o en los árboles.
La especialista del INTA Paraná, Paola Eclesia destacó el rol que cumple el bosque natural del Espinal donde se desarrollan los sistemas de cría ganaderos del norte entrerriano. “Estos ambientes tienen gran potencial de para el secuestro de Carbono (C) en la materia orgánica del suelo (MOS)”, destacó la técnica.
También, agregó que se corre riesgo de perder el C almacenado en los suelos ante situaciones de cambio de uso de la tierra, como la tala y quema del bosque y la posterior labranza del suelo. “Este es un capital que tenemos actualmente y es importante preservarlo mediante el sistema actual de uso ganadero”, subrayó.
“En ganadería de cría, algunas estrategias factibles podrían estar dadas en mejorar la calidad del forraje a partir de la implantación de pasturas y/o la mejora del campo natural con especies de alta digestibilidad, en aumentar la productividad de carne a partir de mejorar la eficiencia reproductiva, pero, también, en compensar las emisiones a partir de secuestrar carbono en la biomasa y la MOS”, explicó.
Desde el INTA señalaron que las plantas captan el CO2 del aire, lo almacenan en la biomasa vegetal y a medida que el material vegetal se muere, es descompuesto por los microorganismos del suelo, quienes incorporan parte de ese C en la MOS. En el caso de los sistemas ganaderos, parte del material vegetal consumido vuelve al suelo a partir de las heces y orina, siendo posteriormente descompuesto por los microorganismos e incorporado en la MOS, detalla el informe de la Estación Experimental.
Se busca un mayor secuestro de C y para ello es necesario establecer una estrategia para incrementar la materia orgánica en el suelo. Desde el INTA señalaron que diferentes estudios a nivel internacional han indicado que, mediante el manejo de la altura del pasto como medida de la intensidad de pastoreo, se puede modificar la MOS.
En general, pastoreos de alta intensidad, dados por una alta carga de animales, dejan bajos remanentes de pasto. En consecuencia, ocurren dos sucesos negativos.
Por un lado, el pasto se recupera muy lento, con un menor crecimiento de raíces y, por el otro, al dejar bajos remanentes con baja altura de pasto, el suelo queda con menor biomasa aérea que potencialmente ingresaría a la MOS, pero también más expuesto a pérdidas por erosión.
“Al manejar remanentes intermedios, en general mayores a los 15 o 20 centímetros, dependiendo también de las especies involucradas, ocurre el proceso inverso. Asimismo, se podría promover la recuperación y biomasa aérea del pastizal a partir de tiempos de descansos o descargas del pastizal, adecuando las cargas a los momentos de mayor o menor producción de pasto”, explicitó Eclesia.
“Lo que observamos en los sitios evaluados del norte entrerriano es que, en general, el pastoreo es manejado con una alta intensidad”, explicó la investigadora. A partir de determinaciones de altura en diferentes puntos de 30 sitios evaluados, sólo en 2 de ellos la altura de pasto promedio fue superior a 8 centímetros, mientras que el 77 % de los sitios tuvieron una altura inferior a 6 centímetros.
Fuente: Agrofy News