¿Cómo es el perfil de la apicultura argentina?
La región central es la que concentra mayor número de productores y de colmenas. Representa el 70% del total de la producción; es la región que más aporta a la actividad.
También es la región que cuenta con mayor número de salas de extracción y plantas de procesamiento.
La producción apícola en Argentina es de gran importancia y de desarrollo en los últimos tiempos. Nuestro país, se posiciona así, como un gran productor y exportador de miel. Las condiciones climáticas y los avances tecnológicos hacen que la calidad, sea un sello significativo en el sector no solo a nivel nacional sino también reconocido internacionalmente.
Entre los países productores de miel, la Argentina se ha posicionado en el tercer lugar a nivel mundial, después de China y Estados Unidos, lo que representa el 70% de la miel producida en el hemisferio sur del continente americano, a la vez que concentra el 25% de la producción de todo el continente, y el 6% del total producido en el mundo (CFI).En Argentina, entre el 90 y el 95% de la producción se exporta a granel. Cuenta con unos 11.532 productores registrados en Registro Nacional de Productores Apícolas (RENAPA) y más de 2,5 millones de colmenas.
Distribución de la actividad en la Argentina:
Gran parte del territorio argentino es apto para el desarrollo de la actividad, y presenta distintos potenciales productivos tanto para la miel como para otros productos de la colmena. Aun así, Buenos Aires es la provincia con mayor concentración de la producción, la Secretaría de Agroindustria de la Nación, seguida por Entre Ríos, Santa Fe, Córdoba con cantidades similares y La Pampa.
La región central es la que concentra mayor número de productores y de colmenas. Representa el 70% del total de la producción; es la región que más aporta a la actividad. También es la región que cuenta con mayor número de salas de extracción y plantas de procesamiento. Todos los datos aquí vertidos fueron extraídos de un Informe de Cambio rural.
El rendimiento promedio de miel, a nivel país, es de alrededor de 25 kilogramos por colmena, por año.
La industria proveedora de insumos apícolas, muestra en la región un fuerte desarrollo y satisface íntegramente la demanda de la apicultura argentina. En un constante proceso de mejoramiento, ha alcanzado un nivel de desarrollo que le ha permitido incursionar con éxito en el mercado internacional.
El sector apícola en el Programa Cambio Rural:
Del relevamiento realizado por el Programa Cambio Rural, surge que la mayor concentración productiva se encuentra en la región Buenos Aires-La Pampa, con un 38%, continuando con el NEA con un 27% y Centro 24%. Resulta interesante que la producción apícola se va extendiendo hacia otros territorios, como la región de Cuyo que participa de esta actividad con un 11%.
Esta concentración de la producción apícola es consecuente con lo ocurrido a nivel nacional. Buenos Aires lidera no sólo en el Programa Cambio Rural, sino también en las estadísticas nacionales.
La extensión de la apicultura hacia zonas marginales como son el noroeste –NOA- argentino y el noreste –NEA- sería de gran impacto para la actividad. Estas zonas no aprovechadas hasta el momento, poseen un clima adaptable y con vegetaciones que no se encuentran en otras regiones y que aportarían a la apicultura distintos tipos y tonalidades de miel.
Productores apícolas discriminados por género y edad:
En cuanto a la paridad de género en el sector apícola, en los grupos de Cambio Rural que fueron consultados, el 90% son hombres y tan solo un 10% lo completan las mujeres. Este número tampoco es ajeno a las estadísticas nacionales. Según el RENAPA, el 81,8% son productores hombres y el 15,6% son mujeres. El promedio de edad de los productores encuestados es de 31 a 45 años.
Respecto a la continuidad de la empresa, el 75% de los consultados tiene hijos, en su mayoría tienen 2 y sólo un 27% de los productores apícolas encuestados cree que alguno de sus hijos seguirá con el emprendimiento familiar. Ese 27% se desprende del 58% que expresó que sí es una empresa de índole familiar. El bajo porcentaje, puede deberse a dos factores, por un lado que no sea la actividad principal, sino complementaria de la explotación rural y por otro, la poca participación económica que brinda el productor a los empleados familiares. Un 66% reciben un tipo de remuneración variable y un 24% directamente no recibe aportes monetarios por trabajar en la actividad. Por lo cual, el motor económico que debería en este caso mover al círculo familiar para continuar con la actividad, no se da.
Sobre los datos productivos:
Si bien la miel es el principal producto exportable de la apicultura argentina, en los últimos años, se ha convertido también en una importante productora y exportadora de material vivo, de cera, propóleos, polen, maquinarias y equipos para la extracción y procesamiento de miel; servicios de polinización; partes e implementos de colmenas y servicios de consultoría.
Se observa en los siguientes gráficos, con datos aportados por los grupos consultados por Cambio Rural y por RENAPA:
Si bien la producción de miel sigue concentrando el mayor porcentaje en el mercado, es interesante ver como los sub productos de la colmena van ganando terreno. Este avance viene acompañado por mejoras tecnológicas, de sanidad y de producción.
En cuanto a la escala de producción, para los productores en Cambio Rural, el promedio anual es de 5.834 kilos, superando la escala nacional que es de 5 mil kilos. Así mismo, los productores agrupados en Cambio Rural son de mediana escala; poseen entre 51 a 300 colmenas. La Sociedad Argentina de Apicultores señala que el 80% de apicultores en Argentina tiene menos de 200 colmenas y RENAPA también confirma estos datos, por lo cual se manifiesta en el siguiente grafico que el programa trabaja con la escala nacional de productores que generan en conjunto divisas por más de 150 millones de dólares anuales.
La exportación a granel, se encuentra bastante concentrada ya que más del 60% de las exportaciones se concentran en menos de 10 empresas. El 46% de los encuestados no fracciona, el 21% sólo fracciona entre un 1 a 30% del total de la producción, un 13% entre un 31 a 60%, el 3% fracciona del 61 al 99% y, un 17% realiza el 100% del fraccionamiento de la miel. Estos números expresan lo mencionado anteriormente, donde el canal de comercialización para la mayoría de los apicultores es el acopiador y las empresas exportadoras.
Otra característica de esta última época son las exportaciones directas de grupos asociativos de productores (cooperativas, asociaciones, consorcios) que necesitan hacer conocer sus mieles especiales, desarrollar nuevos mercados y fortalecer al sector.
En los grupos participantes de Cambio Rural, se observa que continúan en la misma dirección, un 37% pertenecen y conforman cooperativas, un 23% se encuentran dentro de grupos técnicos y un 6% en cadenas productivas.
La importancia del asociativismo, ha demostrado, dentro de este sector, la mejora en la productividad, sanidad, mortandad de abejas y, por tanto en el precio final del producto; en consecuencia una apuesta estratégica en el agregado de valor a la miel.
Fuente: api-cultura.com