La evolución de la Varroa y cómo combatirla
La Varroa y su forma más eficaz para combatirla es materia constante de estudio por parte de especialistas de distintas áreas.
Al respecto el veterinario Joaquín Lozano, referente en apicultura destacó que sigue siendo el principal enemigo de las colmenas, y agregó que van surgiendo otro tipo de plagas que hacen que parezca que no hay varroa pero sigue existiendo y es, además, la que realmente mata la colmena.
El especialista destacó que el ácaro se ha vuelto mucho más agresivo, ha evolucionado mucho. Basta con ver que años atrás se le conocía como varroa jacobsoni y ahora se le conoce como varroa destructor. La varroa se ha vuelto mucho más agresiva, más resistente a los tratamientos convencionales y prácticamente no tenemos un tratamiento contra ella totalmente efectivo. Además, la varroa ha desarrollado unas nuevas técnicas para ocultarse del apicultor y para ser más efectiva dentro de la colmena. Hemos perseguido mucho a la varroa en estos años y, en definitiva, es un animal que también está buscando su supervivencia y procura nuevos métodos para poder sobrevivir.
Dentro de esa evolución, remarcó que ahora es mucho más difícil su detección, y profundizó al explicar que antes cuando abrías la colmena y sacabas los cuadros era muy fácil detectar su presencia , la veías encima de las abejas, la veías funcionando y era una manera de diagnosticarla. Ahora eso ya no sirve. Abres la colmena y parece que no hay varroa. Ya no está a la vista del apicultor, se esconde debajo de las abejas, en su abdomen, para que sea más difícil localizarla. También se desarrollan muchísimo más en la cría. No se ve tanta varroa fuera sino que va seleccionando la protección de la cría para no morir, y ése es otro problema. “Antes en la cría podía encontrarse un 60% de la varroa y ahora estamos topándonos con que el 85% de la varroa se localiza dentro de la misma”.
Se ha vuelto mucho más agresiva, más resistente a los tratamientos convencionales y prácticamente no tenemos un tratamiento contra ella totalmente efectivo.
Detección
En el último tiempo, ya no podemos ir a la colmena solo a catar y a poner el tratamiento en otoño y nada más. Ahora es preciso monitorear las colmenas, habría que inspeccionarlas cada 4 meses y utilizar fondos sanitarios para ver cómo están funcionando los productos que les hemos puesto a la colmena para tratarla y comprobar si están siendo realmente efectivos. Es preciso ver la cantidad de varroa que cae en estos fondos sanitarios. Es fundamental hacer diagnósticos, y añadió que con una presencia de varroa de un 5% el apicultor ya tiene que tomar medidas al respecto. Quizás cuando hay una caída diaria de 60 varroas eso ya es bastante preocupante y hay que actuar inmediatamente, no hay que llegar a eso. Es algo que no se va a eliminar nunca por eso lo que tenemos es que convivir con ella, mantener niveles muy bajos , es decir a un 1 o un 2% de afectación (4 o 6 varroas por día), que es una cifra con la que la colmena puede vivir perfectamente pero habría que pensar en realizar un tratamiento. “La varroa ha venido para quedarse y no se va a terminar muy fácilmente porque está adoptando mecanismos de adaptación a nuestras abejas, a la apis mellifera, y no se va a erradicar. Vamos a tener la varroa hasta que nuestras abejas empiecen a establecer mecanismos como hacen las apis cerana, que es de donde procede la varroa, con las que establece un equilibrio por el que no llega a matarlas”.
Otro dato que brinda el especialista que realmente es preocupante es que no quedan colmenares sin Varroa. “Puede haber algunas cepas de abejas que sean más tolerantes a varroa, estén desarrollando algún tipo de defensa o sean más limpiadoras… La selección genética será el camino para eliminar la varroa. A veces pensamos que ya no tenemos varroa o que tenemos una colmena que no se muere, pero lo más probable es que se hubiese muerto y que ahí se hubiese metido un enjambre nuevo y que no nos hayamos dado cuenta, es lo más común”.
Además, es importante resaltar que transmite muchísimas enfermedades, es una jeringuilla cargada con muchos microorganismos que transmite cada vez que pica a la abeja adulta. La varroa debilita la cría y hace que mucha nazca ya muerta. “Se han utilizado todo tipo de inventos para controlarlo y ha habido un poco de descontrol a la hora de tratarla. A lo mejor la clave está en investigar un poco más y seleccionar abejas tolerantes, aunque esto tiene unos costos. A la hora de los tratamientos es fundamental contar con asesoramiento constante sobre los productos a utilizar y en qué momento para combatir dicha patología. “La mayoría de los productos que se usan tienen una efectividad del 95% pero muchas veces se emplean cuando hay cría. La cría está operculada, es decir protegida para cualquier ataque exterior, y ahí no entrará el producto químico u orgánico que utilicemos para luchar contra la varroa, no traspasará esa barrera. La varroa donde se reproduce es precisamente dentro de ese opérculo, con la cría, por lo que los tratamientos no son efectivos porque el efecto no llega”.
¿Sintéticos u orgánicos?
Sin dudarlo, Lozano aclaró que todos los tratamientos son estresantes para las abejas y cuando es químico más todavía. La contrapartida de los tratamientos químicos es que cada vez son más proclives a que aparezca resistencia, ya que se usan dosis más arriesgadas que pueden incluso provocar la muerte de la propia colmena. Los químicos también pueden comunicar residuos a la miel que tampoco son deseables mientras que los orgánicos tienen otra mecánica de aplicación pero, que también son efectivos pero aunque necesitan más dosis u otras pautas de tratamiento, que dependen mucho de factores como la temperatura exterior y el momento de aplicación en la colmena. Los más utilizados son el timol y el ácido oxálico por su efectividad sobre la varroa. También se está usando el ácido fórmico. “Los tratamientos tienen que ajustarse a cómo está esa colmena, la zona en la que se asienta y la experiencia que haya tenido ya el apicultor. Cualquier tratamiento es efectivo siempre y cuando se use en el momento adecuado, cuando no hay cría, cuando el producto puede acceder a la varroa, sea químico u orgánico”.
Para finalizar, expresó que todos los tratamientos requieren medidas cuyas claves están en el manejo de la colmena, entre ellas está la renovación de reinas, la vigilancia de la alimentación, la eficiencia energética de la colmena, el control de otras enfermedades así como la observación y selección de colmenas tolerantes.
Fuente: Portal Apicola