La cadena de trigo generó ingresos por US$ 2.600 millones
Son cifras provisorias, falta diciebre. Exportaciones de 11,85 millones de toneladas de trigo en grano y 722.000 toneladas de productos de la molinería y subproductos del cereal.
Las exportaciones totales de granos correspondientes a la campaña comercial 2017/2018, a noviembre último, dejaron ingresos para la Argentina por un total de 2.600 millones de dólares, por la colocación de 12,6 millones de toneladas de granos, de las que el 94 por ciento corresponden a trigo, dijo el INDEC en la última semana.
En tanto que el 6 por ciento restante corresponden a los productos de molinería (mayormente harina de trigo, pero también grañones y sémola, almidón, moyuelo y salvado), el valor de las ventas al exterior generado por la cadena de trigo, el volumen más alto, en más de un lustro.
Al desagregar los volúmenes, con 706.800 toneladas de trigo en grano en el mes de noviembre más 41.500 toneladas de productos de la molinería, para el total de la campaña diciembre 2016 – noviembre de 2017 las ventas al exterior suman 11,85 Mt de grano y 722.000 t de derivados de la industrialización de trigo, el segundo mayor volumen de la historia.
Para la campaña próxima, las proyecciones iniciales de exportación lucen igual de auspiciosas. Al 19 de diciembre, se han comprometido ventas al exterior por 6,4 millones de toneladas de trigo pan, lo cual no sólo constituye un récord histórico sino que duplica la marca más alta alcanzada con anterioridad. Los compromisos de harina de trigo, en tanto, superan las 50.000 toneladas, el doble también de lo que se había vendido a apenas 20 días de iniciarse la campaña anterior.
Para cumplir con esos compromisos, el sector exportador ya lleva adquiridas 8,2 Mt de trigo, más otras 975.000 toneladas compradas por el sector industrial. En total, las 9,2 millones de toneladas en apenas a 15 días de iniciada la campaña ya está en manos de los usuarios finales del grano representan prácticamente la mitad de toda la oferta existente de trigo en el país hasta noviembre del año próximo.
En otras palabras, el grano aún disponible para comprar por parte de ambos sectores es de apenas 9,4 Mt, aproximadamente 1,5 millones menos que la campaña pasada y 3,5 millones por debajo de las disponibilidades promedio de los últimos tres años.
En este contexto de escasez relativa del grano, las lluvias sucesivas, con episodios severos de granizo y heladas tardías registradas en las últimas semanas suman nerviosismo a la cadena triguera. Esta semana, el noroeste de la provincia de Buenos Aires y Noreste de La Pampa fueron las regiones más afectadas, con un epicentro en Pehuajó donde aún no había podido avanzarse con las trilladoras en a menos 100.000 hectáreas sembradas.
A la fecha, el avance de la cosecha se ubica por debajo de los niveles del año pasado, habiéndose cubierto hasta la semana pasada el 56% de las hectáreas sembradas, con un retraso de 3 puntos porcentuales respecto al 2017.
En este contexto, los precios del cereal se dispararon a inicios de la semana, aunque a partir de allí recortaron ganancias cerrando por debajo de los valores conocidos el jueves pasado.
Entre los factores que impulsaron los precios del cereal en el mercado de referencia internacional durante la semana previa, se encuentran, en primer lugar y más recientemente, las fuertes lluvias que acecharon importantes zonas del norte de la región productiva de Argentina, lo que dio un impulso tanto a los precios internos como a los precios de importación.
El otro factor clave, es el avance de los precios de exportación del trigo de Rusia, máximo exportador mundial, y los rumores que surgieron, tras darse a conocer la programación de una reunión entre el gobierno y las empresas exportadoras, de una posible limitación a los despachos internacionales del cereal.
Luego de un acelerado inicio en la campaña, las exportaciones de trigo ruso comienzan a desacelerarse, según los datos de la consultora SovEcon. El ritmo de las exportaciones bajó en noviembre y se prevé que se desacelerará aún más en diciembre.
La consultora especializada en la región del Mar Negro UkrAgroConsult informa que los suministros cerca de los puertos se están agotando y que el clima invernal está obstaculizando el transporte de granos. Estos factores, junto con una cosecha rusa menor a la obtenida en la campaña 2017/18, probablemente sean la causa de la desaceleración del ritmo de las exportaciones.
Rusia exportó un récord de 40,4 millones de toneladas para la era post Unión Soviética en 2017/18 y, según las previsiones actuales, las exportaciones de julio a diciembre estarían un 10% por encima del ritmo del año pasado, según SovEcon. Sin embargo, la mayoría de las estimaciones indican que en el ciclo comercial actual las exportaciones quedaran por debajo de las del ciclo pasado, fundamentalmente, a causa de una cosecha reducida, por lo que se espera que el ritmo disminuya.
El Ministerio de Agricultura de Rusia prevé que las exportaciones para 2018/19 alcancen las 35 Mt, con una producción de 70 Mt. El Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA, por sus siglas en inglés) estimó la producción rusa también en 70 Mt, mientras que prevé exportaciones por un volumen de 36,5 Mt.
Según los datos de Reuters, las exportaciones rusas ya están ralentizando su marcha desde las últimas semanas, lo que generó una presión adicional sobre los precios. Sus exportaciones de granos han aumentado un 4 por ciento en lo que va de esta campaña comercial, que comenzó el 1 de julio, respecto a la campaña pasada, mientras que a principios de septiembre las ventas externas de trigo acumulaban un 40 % más que en el mismo período del ciclo previo.
La desaceleración de las exportaciones de trigo de Rusia indica un estrechamiento de los suministros locales en ese país y ha estado elevando los precios. Como Rusia es normalmente una de las fuentes más baratas de trigo en los mercados globales, el aumento de los precios rusos se traduce en un impulso a los precios mundiales de los cereales.
Fuente: Noticias Agropecuarias