La lecherÃa muestra señales de recuperación
Desde abril, mes en que se cortó una racha de 12 meses consecutivos de caídas interanuales, el retroceso se transformó en un crecimiento promedio del 1,5 %.
La información que mensualmente releva el área de estadísticas de la Subsecretaría de Lechería de la Nación muestra que, de enero a noviembre de 2017, la producción cayó a un promedio del 0,7 por ciento mensual, achicando el derrumbe del 8,4 por ciento ocurrido un año antes.
Sin embargo, la película de todo el año esconde una foto más promisoria: desde abril, mes en que se cortó una racha de 12 meses consecutivos de caídas interanuales, el retroceso se transformó en un crecimiento promedio del 1,5 por ciento en la cantidad de leche que salió todos los meses de los tambos argentinos hacia la industria.
Por provincias, los datos sólo están disponibles hasta septiembre, pero muestran una tendencia similar y con buenas noticias para Córdoba: es la jurisdicción con mejores guarismos del país, con un crecimiento promedio del 0,8 por ciento a lo largo del año y del 3,7 por ciento desde la "bisagra" de abril.
Junto con La Pampa, Córdoba logró escapar así a la tendencia negativa del resto de las provincias lecheras. Santa Fe, Buenos Aires, Entre Ríos y Santiago del Estero exhiben caídas superiores al promedio nacional.
Lucas Marenchino administra, junto con su hermano, un tambo en un campo de 270 hectáreas en la zona de Las Varillas. Allí llegaron a producir seis mil litros diarios, con 1.100 animales y una decena de empleados. Hoy, tres años después, generan dos mil litros con 450 animales, y sólo quedan ellos dos para todo el trabajo.
El establecimiento de los Marenchino fue uno de los tantos castigados por el doble golpe que significaron la crisis estructural de la lechería y las inundaciones que desplomaron la producción en la cuenca lechera más grande de Sudamérica, situada precisamente en el nordeste cordobés y norte de Santa Fe.
En diálogo con Agrovoz, este productor, que integra también un grupo de Cambio Rural, afirma: "La perspectiva es buena. Estamos asomando la cabeza después de tres años de excesos hídricos que nos dejaron por el suelo, saliendo de las deudas y de todos los problemas que generaron las inundaciones".
Para Marenchino, el gran problema que frena las expectativas del sector tambero es la inflación. Según las cifras de la Subsecretaría de Lechería, el precio pagado por la industria a los productores se situó en 5,75 pesos por litro en noviembre; es decir, 27 por ciento por encima de doce meses antes. Este guarismo supera a la suba del costo de vida, lo que se suma a la mejora real que también había ofrecido 2016. Pero luego de un 2015 en que el valor había caído nominalmente un 20 por ciento.
"La Subsecretaría está ejecutando muchas cuestiones positivas, como los créditos a través del Siglea y el sistema de precios de referencia on line, pero el problema estructural es grande y necesita una voluntad política de todo el Gobierno para dar sostenibilidad definitiva ", opina el productor.
En ese sentido, sostiene que la lechería debería estar incentivada con beneficios financieros o fiscales: "Hoy si comprás una bolsa de alfalfa o de maíz, la mitad es impuestos. Es imposible un desarrollo sostenible así".
De cara a 2018
Los precios de los productos lácteos comenzaron de manera firme en 2018 en el Global Dairy Trade (GDT), la plataforma comercial de Fonterra (Nueva Zelanda). La mejora se da en un momento en que las importaciones chinas de productos lácteos se vieron impulsadas por sus propios reveses en la producción.
Los precios del GDT aumentaron un 2,2 por ciento en general, con lo que mostraron su ritmo más rápido de crecimiento en siete meses.
Fuente: Edición Rural