Un mercado perturbado
Los frigorÃficos grandes volvieron a matar, luego de un receso de vacaciones, y están necesitados de oferta. Durante 2014, la faena total de bovinos cayó cuatro por ciento, explicada por la falta de novillos.
Cámaras y heladeras vacías, después de casi 10 días de inactividad en la faena y distribución de carne.
Son muchos los establecimientos frigoríficos grandes que vuelven a matar y necesitan llenar corrales y mesas de despostada. Un faltante circunstancial, que encuentra a la demanda necesitada y sin stocks en cámara ni hacienda en corrales.
Complica aún más la situación las lluvias y muchos productores que con las Fiestas se desconectan de la actividad.
Hay un mercado muy perturbado por el largo período de receso, productores que tienen mucho pasto, pero que están muy necesitados de dinero.
En los últimos meses, los insumos y el costo de vivir han subido mucho más que el valor del novillo, pidiendo muchos ganaderos a sus consignatarios adelantos de dinero sobre ventas ya realizadas.
El mercado, con el pasar de los días, tenderá a estabilizarse, para entrar en los últimos días de enero al período de escasez de hacienda liviana y recuperación de precios, que nunca falla desde el verano 2005/2006.
Entre noviembre y marzo de cada temporada, los precios del novillo han subido en los últimos 10 años desde un mínimo del tres por ciento en el 2011/2012 (después de haber “explotado” los valores en los meses precedentes), hasta un significativo 54% de aumento entre noviembre de 2009 y marzo de 2010, al terminar la liquidación ganadera.
El año pasado, el salto de precios en cuatro meses fue del 41 por ciento, pero con una serie de condiciones a favor (firme mercado interno, devaluación del peso, valorización de los subproductos), que este año no se dan.
Sorprende la caída de la faena: en diciembre habría bajado cinco por ciento con respecto al último mes del año pasado, para cerrar el año con 12,4 millones de animales, 500 mil vacunos menos que el año 2013 (cuatro por ciento).
La reducción en la matanza se aceleró en el segundo semestre, con una caída interanual superior al seis por ciento.
Se trata de una retracción que no podría ser adjudicada a una eventual retención, habida cuenta que el porcentaje de hembras en la faena sigue muy alto (45,3 por ciento durante el último mes del año).
Casi toda la caída en la faena corresponde a los machos, categoría no susceptible de ser retenida mucho tiempo en los actuales sistemas de producción y engorde ( feedlot , invernada intensiva).
Los pastoril, en retirada
Una de las causas más importantes para explicar la caída en la producción de novillos en la Argentina debe encontrarse en la retirada de la invernada pastoril de la zona pampeana.
Millones de terneros mestizos que antes se engordaban sobre pasturas con suplementación hoy buscan como destino el feedlot.
Allí, en los corrales, se los termina con 50 o 100 kilos menos que antes, para ser colocados en el consumo interno.
En amplias zonas del oeste de Buenos Aires, este de La Pampa y sur de Córdoba este proceso parece irreversible, con caídas superiores al 80 por ciento en 10 años en la cantidad de novillos en los distritos más emblemáticos de invernada (General Villegas, Rivadavia, por mencionar algunos).
Es difícil pensar que en estas zonas ganaderas en el corto o mediano plazo vuelva el engorde, aún considerando la caída brutal de la rentabilidad agrícola y la reducción del área sembrada a nivel nacional en más de dos millones de hectáreas.
Fuente: La Voz del Interior