Entre Ríos retoma la cultura vitivinícola
Pequeños productores vitivinÃcolas con apoyo del Estado apuestan a producir vinos del otro lado del rÃo Paraná, y la propuesta ya tienta a hombres de negocios santafesinos, que evalúan encarar el negocio.
La movilización apunta a recrear experiencias del pasado, porque alguna vez la provincia mesopotámica llegó a albergar 5.000 hectáreas para la producción vitivinícola, hasta que en la primera mitad del siglo pasado leyes nacionales restringieron la zona de producción al Cuyo. En el último lustro se recuperaron unas 100 hectáreas en Entre Ríos al cultivo de vides de diversas cepas, y la intención es de ir por más, para abastecer a la región con vinos boutique, informó Puntobiz.
La idea es producir vinos a escala pequeña, tal cual sucede en algunas regiones del litoral uruguayo. “El propósito es recuperar lo que la colonia española dejó y que durante años se potenció. Entre Ríos llegó a ser quinta provincia en el cultivo de la vid, hasta que una ley de 1934 desarticuló el negocio. La normativa permaneció hasta 1998 y desde entonces el propósito es el de recobrar el encanto del oficio de manera paulatina”, contó, Raúl Brassesco, al frente de la Agencia de Extensión Rural del Inta en Victoria.
El esquema motivó la creación de una entidad que busca que la uva cobre relevancia. “Se trata del Instituto Vier que hoy capacita a nuevos productores”, contó Brassesco. “Si bien la superficies son chicas y hay más de un productor rural tradicional que se metió con los parrales casi como hobby, hay quienes apuestan en grande”, expresó el especialista.
El plan avalado por las administraciones nacional y provincial tiene mucho más de estrategia de fomento cultural y turística que de interés de producir grandes superficies como las que se trabajan en Mendoza o San Juan. “El distrito está en condiciones de procesar uvas Tannat, Malbec, Cabernet, Chardonnay y Merlot, pero la novedad viene de la mano de la cepa Marselan. Desarrollada por el instituto agropecuario francés que dirige un mendocino, estamos experimentando con este varietal. Se adapta muy bien a nuestra zona que tiene en contra la excesiva humedad, proclive a enfermar más de lo normal a la planta”, sumó el especialista.
Las vides entrerrianas tienen algunos problemas de vecindad. “Hace algunas semanas venimos sufriendo la afectación de algunos parrales a partir de la aplicación de agroquímicos en lotes que van a ser sembrados con soja pero que producto del viento y las altas temperaturas han alcanzado los viñedos. La inversión térmica que se produce en la tarde-noche, en combinación con un producto muy volátil puede generar que esa nube termine viajando hasta 2.000 metros cayendo sobre superficies que no deberían tomar contacto con dichos insecticidas”, puntualizó Brassesco.
El especialista arrimó un último dato: “Del otro lado de Paraná también podrían instalarse viñedos. Sucede que el santafesino no tiene tradición vitivinícola, o al menos nunca en su territorio se instalaron productores de este tipo, cosa que sí sucedió en Entre Ríos”, concluyó.