¿Por qué castrarlos?
En Argentina, a diferencia de otros paÃses, siempre se engordaron los machos castrados ya que existen ciertos mitos que hablan de la imposibilidad de manejar a los animales enteros. Pero esto es posible.
El especialista en nutrición bovina Ing. Agr. Aníbal Fernández Mayer del INTA Bordenave comenta que el punto de partida para empezar a hablar seriamente del tema fue que desde hace poco tiempo se incorporó al mercado la tipificación de toritos jóvenes, con menos de 2 años de vida y un peso de terminación inferior a los 450 kg.
A partir de esta se pueden engordar los machos enteros y cambiar muchos paradigmas y falsas creencias. Una de las grandes ventajas que tiene este tipo de engorde es aprovechar los andrógenos (hormonas masculinas) del macho entero como uno de los mejores anabólicos naturales que existen. De esa forma se incrementan la acumulación de músculo (proteína) y de agua en carne en detrimento de la grasa, logrando con la misma dieta una mayor ganancia de peso, mejorando la eficiencia de conversión y obteniendo una carne más saludable (menos colesterol).
Además se logra una carne más tierna producto de las altas ganancias de peso que promueve un menor depósito de colágeno, compuesto químico directamente relacionado con la dureza de la carne (más colágeno más dureza). Cuando existen menores ganancias de peso, por efecto de una alimentación inadecuada, por problemas de manejo o sanitarios, se incrementa la acumulación de colágeno en la carne y con ella, se reduce la terneza de la misma. El principal atributo de la carne (la terneza) que busca el consumidor y puede llegar a pagar un sobreprecio. Atributo que también se logra con cualquier otra categoría de hacienda (vaquillonas, vacas, machos castrados, etc.) pero siempre y cuando se logren altas ganancias de peso durante su recría y engorde, siempre y cuando no haya grandes altibajos en la calidad ni cantidad de los alimentos.
El especialista cuenta que existen numerosos trabajos que demuestran que es posible obtener altas ganancias de peso bajo sistemas pastoriles (>700 gramos diarios) producto de una buena base forrajera, suplementación estratégica y, básicamente, una apropiada planificación de los recursos.
Fernández Mayer realizó experimentos donde a partir de una dieta sencilla (granos de avena o cebada enteros + fibra, ambos a voluntad) se pueden terminar exitosamente machos enteros, arrojando un resultado productivo y económico muy interesantes.