La exportación de carne aviar se duplicaría en 6 años
En la última década crecieron un 500% pero desde la cartera agropecuarias se espera que las ventas externas hacia 2020 vuelvan a pegar un salto y crezcan otro 100%.
El consumo interno se consolidaría en los 40 kilos por habitante. La industria considera que el tipo de cambio actual le da la competitividad que necesitan para continuar la expansión. Argentina ya es el sexto exportador mundial.
Entre el 2003 y 2013, el sector avícola creció de manera apabullante, con una producción que se elevó en un 170% a partir de una buena articulación entre políticas públicas y la actividad privada. Pero en el campo de las exportaciones los porcentajes llegan a la fabulosa cifra del 500%.
Las exportaciones de carne aviar pasaron de unas 61 mil toneladas en 2003 a 366 mil toneladas en 2013, y ya se proyecta que en los seis años que quedan hasta 2020, las ventas externas llegarán a 741 mil toneladas, otro 102%.
Esa performance llevó a las exportaciones aviares de la Argentina a ocupar el sexto lugar a nivel mundial. Ello implica que revirtió un complejo escenario desde los noventa cuando las importaciones aviares y el tipo de cambio de la convertibilidad puso en jaque a la industria.
Hoy “el tipo de cambio actual nos da suficiente competitividad” dijo Roberto Domenech titular del Cepa, en declaraciones a “Casado con el Campo” AM570, este domingo. La apreciación dio por superadas las dificultades que entre 2010 y 2013 hubo por la crisis internacional y un retraso que hubo en el peso argentino, que demoró en ese periodo un mejor desempeño aún de la industria.
En la segunda etapa 2010 a 2020, “hay que profundizar la inversión, mejorar la productividad, (en un tramo) donde la actividad público y privada se hace imprescindible para la apertura de mercados”, precisó Domenech.
Argentina tenía, en el 2003, una producción avícola de 709 mil toneladas que llegó a 1,9 millón diez años después, es decir, que el sector tuvo un crecimiento del 171%. El consumo per cápita en el mismo período se duplicó al pasado de 18,4 a 39,6 kilos por habitante.