Perdida del valor agregado por falta de frigorificos
La producción de cerdos en Entre RÃos transita un camino de crecimiento, aunque la incertidumbre por la situación económica crece. El desafÃo es continuar fortaleciendo los distintos eslabones de la cadena.
El esquema productivo del sector porcino entrerriano está dado por el crecimiento de las granjas y el fortalecimiento de la cadena de valor, como así también se consolida el trabajo de la Cámara de Productores Porcinos de Entre Ríos (compuesta por productores de distintos puntos de la provincia). “En los últimos años, la provincia ha tenido un crecimiento exponencial en lo que hace a la producción porcina. Hacia 2005 o 2006 había un stock de 9.000 madres y en estos últimos ocho años se ha duplicado, incluso hoy estamos conformando un padrón que nos indica que estamos llegando a las 17.000 madres” comentó el Med. Vet. Marcelo Barrera, encargado de la Planta Integrados Reynafe S.A.
Según Barrera, el crecimiento que se dio en el sector porcino de Entre Ríos es uno de los más proporcionales del país, es un incremento que se ha dado fundamentalmente en granjas y nuevos emprendimientos. En su mayoría las empresas agropecuarias agregaron valor a su portfolio de negocios e incorporaron la producción porcina, como una “opción de importancia y atractiva desde el punto de vista productivo y de rentabilidad”.
La tecnificación de los establecimientos, ocupan un rol fundamental al certificar sanidad y permitir diversificar la producción. “Las inversiones estuvieron fundamentalmente enfocadas en el ámbito de la producción primaria y no ocurrió lo mismo en el sector industrial. Hoy en la provincia tenemos un hueco en este segmento, por lo cual debemos buscar inversiones para que la producción primaria genere valor dentro de la provincia. Casi un 70% de nuestra carne sale de Entre Ríos para ser faenados y poder retornar como carne o chacinados al consumo interno; ese valor agregado lo perdemos por la carencia en el sector industrial. Estamos muy lejos de tener una capacidad industrial acorde al crecimiento productivo que viene mostrando el sector” explicó el veterinario.
Si bien es necesario que todos los actores de la cadena obtengan un desarrollo homogéneo, existen proyectos para invertir en el eslabón de la industria. Barrera comentó que “hay un grupo que viene trabajando en la remodelación de algunos frigoríficos preexistentes. Hay uno en Aranguren y otro en Feliciano que estuvo concebido para los ovinos, el cual se está analizando la posibilidad de insertarlo en el segmento porcino y así poder efectuar inversiones como necesita el sector. Hubo instancias de diálogo con el gobernador, pero todavía no se ha concretado nada” afirmó el especialista.
La caída del consumo de carne bovina que se vienen registrando en el país, abrió una oportunidad que se viene convalidando y consolidando. “El consumo viene creciendo, estamos alrededor de los 12 kg/hab. por año (casi 10 kilos son de carne fresca) lo cual revirtió una tendencia histórica en el país, ya que se comía mas chacinado que carne fresca. Los precios están razonablemente bien, teniendo en cuenta que los insumos del sector están dolarizados, mucho más elevados con un fuerte contenido inflacionario con respecto al año pasado. Si bien, la renta sigue siendo aceptable, ya no es como la que venía captando muy rápidamente inversiones” sostuvo Barrera, quien agregó: “En el caso particular de Raynafe, el efecto devaluatorio afecta básicamente en el aumento de los costos internos, y esos costos están reflejados principalmente en los alimentos que es el insumo principal, el cual ocupa casi el 70% del costo productivo. Además de un impacto adicional que está dado por la distribución de ese alimento, que es el flete donde se siente es en el impacto del combustible. Hay que distribuir el alimento en un radio no menor de 40 km por productor”.
Teniendo en cuenta esta situación, según comentó Barrera que “el escenario futuro resulta prometedor, desde la búsqueda de mejores índices productivos, hasta el aumento de las inversiones. “Como toda actividad productiva que no es formadora de precio, no podemos manejar las variables. En este sentido, hay una dependencia del resto de la cadena y de cierta contingencia política que pueda ocurrir, aunque esperemos que no suceda y no repercuta en la contención del precio”.
Fuente: De la redacción de Momento de Campo