Pese a la suba de la hacienda, no mejora la rentabilidad
Pese al aumento que tuvo la hacienda vacuna entre fines de enero y principios de mes, el precio continúa entre 9 y 10,41 por ciento atrasado respecto de lo que fue la inflación real de los últimos tres años según el Ãndice Congreso, de acuerdo con estudios privados.
Según especialistas, de haberse ajustado por el promedio de inflación que miden consultoras privadas (y consolidan diputados de la oposición en el llamado índice Congreso), el valor del novillo debería ser de $ 15,56 por kilo. Sin embargo, el precio promedio para el novillo el viernes pasado en el Mercado de Liniers se ubicó más abajo de eso, en $ 13,94 por kilo.
"Si comparamos el precio del novillo actual con el ajustado por inflación, el precio tiene aún un atraso de 10,41 por ciento", remarcó el productor Néstor Roulet. Así, hoy el precio es $ 1,62 inferior por kilo a lo que debería ser.
Ante las subas, el Gobierno ordenó primero a frigoríficos y supermercados bajar 20% los precios que llegan al público. No lo logró. Pero siguió buscando que retrocedieran. Para ello, la semana pasada avanzó en un acuerdo con los exportadores para que los cortes parrilleros (asado, matambre, vacío y entraña) lleguen con valores inferiores hasta un 30% a los supermercados. Ese convenio, que el sector exportador aceptó a cambio de que comenzaran a liberarse ventas al exterior frenadas, podría finalmente empezar a aplicarse esta semana.
Paralelamente a estas acciones, con el aparente fin de quitarle presión a la demanda de hacienda, en los últimos días al menos una decena de importantes frigoríficos que operan en el Mercado de Liniers recibieron inspecciones del Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa) y tuvieron objeciones por "fallas técnicas", que les hicieron reducir su ritmo de faena y, por lo tanto, de compra de ganado. "Al menos siete frigoríficos, que representan el 30% de las compras en Liniers, ahora están faenando menos", señaló un operador de ese mercado.