Importante suba del ternero en el Rosgan
El remate de terneros realizado ayer miércoles en el Rosgan registró un valor negociado promedio de 17,25 $/kg (en un rango de 14,70 a 19,25 $/kg). Se trata de una cifra 9,0% superior al promedio de diciembre de 2013 (15,82 $/kg).
El ternero es el principal insumo de los sistemas ganaderos de invernada de compra tradicionales (a base de pasturas) o intensivos (en corral de engorde). Por lo tanto, una consolidación del valor de esa categoría implica que la actualización de valores de la hacienda llegó para quedarse.
De hecho, el precio promedio de los terneros negociados en el Rosgan en octubre y noviembre de 2013 había sido de 12,59 y 15,70 $/kg respectivamente, lo que ya estaba indicando que el valor del novillo comenzaría a actualizarse en algún momento del primer semestre de 2014.
Si bien los titulares de algunos diarios hablan de la “suba de la carne”, lo correcto es señalar que el valor de la hacienda, medido en pesos argentinos nominales, comenzó a actualizarse en función de la importante depreciación registrada por la moneda local en los últimos años (basta ver la evolución reciente del Índice Novillo del Mercado de Liniers para entender que el precio de la hacienda venía atrasadísimo hasta fines de 2013).
En el Mercado de Liniers –tal como ordenó el Secretario de Comercio Interior Augusto Costa– hubo una retirada general de participantes: ayer miércoles apenas se comercializaron 3024 cabezas versus 10.453 el miércoles de la semana pasada. Pero los precios negociados se mantuvieron firmes ante la necesidad de originar hacienda en un contexto general de baja oferta por la imposibilidad de transportarla desde los campos hacia las rutas (subdesarrollo vial potenciado por lluvias abundantes).
Ayer miércoles se vendieron en Liniers 764 novillitos a un valor promedio de 15,74 $/kg, 336 terneros a 15,45 $/kg y 295 novillos a 14,68 $/kg.
En la actualidad toda la cadena ganadera argentina –que, además de la carne, comprende el cuero, la grasa bovina, sangre, menudencias y un largo etcétera– se sustenta en dos factores: la capacidad de supervivencia del criador (fabricante del insumo base) y la capacidad de consumo del argentino (la demanda externa es ínfima luego de que la política oficial diezmara a la industria exportadora).
La destrucción del ingreso del criador –promovida en su momento por la política oficial– permitió contar con “carne barata” entre los años 2006 y2009 acosta de realizar una liquidación masiva del stock bovino local.
Según los últimos datos oficiales difundidos por Senasa, en marzo de 2013 el stock pecuario argentino era de 50,996 millones de cabezas versus 57,58 millones en marzo de 2008.