Argentina es el sexto proveedor de semillas después de Chile
La semilla de maÃz es el segundo cereal más sembrado en el mundo, después del trigo. Se siembran actualmente cerca de 177 millones de hectáreas en el mundo.
El comercio internacional de semillas es un nicho interesante que forma parte del mercado mundial de granos. Se trata de un mercado más pequeño en volumen, si se lo compara con lo que mueven los mercados de granos para consumo, pero que paga precios muy atractivos al intercambiarse productos que incorporan atributos mejorados por la ciencia y la tecnología.
En este mercado destaca el comercio de semillas de maíz, el segundo cereal más sembrado en el mundo, después del trigo.
En 2012, la Argentina exportó casi 39.500 toneladas de semillas de maíz, a un precio medio de 3.500 dólares la tonelada, con una generación total de divisas de 138 millones de dólares.
Si se considera que en ese mismo año el país vendió maíz grano a un promedio de U$S 270 la tonelada, se tiene que en términos de valor y generación de divisas, cada tonelada exportada de maíz semilla fue equivalente a casi 13 toneladas de maíz grano.
Demanda
De acuerdo con estadísticas del Departamento de Agricultura de Estados Unidos (Usda), se siembran actualmente cerca de 177 millones de hectáreas de maíz en el mundo. Si se supone una relación de 30 kilos de semillas por hectárea, puede deducirse que se requieren unos 5,3 millones de toneladas de semillas para iniciar una campaña.
Un porcentaje importante de estas semillas son provistas vía comercio internacional. Las estadísticas (imperfectas) de comercio mundial refieren a 1,2 millón de toneladas de semillas exportadas en 2012, de las cuáles unas 800 mil toneladas (las dos terceras partes) serían semillas de alto valor. Si se considera sólo este último submercado, la participación de Argentina se ubica por debajo del cinco por ciento.
Proveedores
¿Qué países proveen actualmente de semillas de maíz al mundo? Considerando lo sucedido en 2012, el ranking según volúmenes queda integrado de la siguiente forma: Francia; Chile; Estados Unidos; Hungría; Rumania; Eslovaquia; Argentina.
Cuando se considera el ranking según divisas generadas, éste se modifica quedando de la siguiente forma: Francia; Estados Unidos; Chile; Hungría; Rumania; Argentina; Canadá.
Francia lidera ambos ordenamientos, asumiendo el rol de proveedor de todos sus vecinos (España, Alemania, Italia, Bélgica). Estados Unidos, como era de esperar, se ubica en segundo lugar en divisas y en tercer lugar en volúmenes, sus socios del Nafta (México y Canadá) son dos de sus mercados claves.
Chile, llamativamente, se encuentra muy bien ubicado en la exportación de semillas de maíz (segundo puesto en volúmenes y tercero en divisas), concentrando mucho sus ventas en Estados Unidos.
Detrás de los líderes
Argentina ocupa la sexta posición (divisas) y séptima posición (volúmenes). Varios países de Europa del este aparecen bien posicionados, incluso antes que Argentina, caso de Hungría y Rumania, fundamentalmente.
Resulta extraño que la Argentina se ubique detrás de varios países listados anteriormente. Por caso, Chile exporta el doble de lo que coloca Argentina al mundo.
El país vecino no dispone de ventajas naturales (extensión de tierras cultivables y diversidad de climas) ni tampoco cuenta a priori con activos diferenciales en materia de calidad y cantidad de recursos humanos. ¿Dónde hace entonces la diferencia?
Estrategia
Probablemente en varios frentes que se vinculan todos ellos con una estrategia del Estado y la sociedad de Chile, que incluye programas y políticas dirigidas a: a) promover la exportación de productos agropecuarios y de alimentos, focalizando si es posible en nichos de alto valor agregado; b) fortalecer instituciones públicas de contralor y fiscalización en materia de cuidado del medio ambiente y la salud, que dejen tranquila a la sociedad respecto de las consecuencias sociales y ambientales del crecimiento productivo; c) avanzar en la integración con el mundo de la mano de acuerdos comerciales profundos; d) mantener la estabilidad de precios y generar condiciones para la existencia de un horizonte de planificación y un mercado de crédito de mediano y largo plazos; e) fomentar las inversiones extranjeras, la importación de científicos, muchos de ellos técnicos argentinos capacitados en el exterior que no regresan, de forma tal de acortar la brecha tecnológica con las economías más desarrolladas.
Ventajas insuficientes
En síntesis, probablemente suceda que todas las ventajas naturales e individuales que tiene Argentina sean insuficientes para compensar otros aspectos negativos de su sistema económico, en particular, aquellos que tienen que ver con la gestión del Estado y determinadas decisiones de política económica.
Difícilmente pueda un país escalar en mercados mundiales como los que se tratan en esta columna si no goza de una moneda estable, si no dispone de financiamiento de mediano y largo plazos, si no desea integrarse al mundo y si no cuenta con una estrategia de desarrollo que concede al menos algo de protagonismo a aquellas actividades productivas donde residen casi con seguridad nuestras mayores competencias.
Fuente: La Voz del Interior