¿Cuánto girasol se pierde en la cosecha?
El elemento crÃtico de la recolección está en los cabezales girasoleros, de los que depende el 70 % de la pérdida en trilla.
Las cosechadoras de girasol ya se han puesto en marcha en la Argentina. El cultivo resulta estratégico especialmente esta campaña, por lo que la eficiencia en cosecha es clave, más aún si se tiene en cuenta que las pérdidas por métodos de recolección ineficientes pueden mermar los rendimientos en más de un cuarto de la producción total – se esperan unas 3,5 millones de toneladas-. La mayoría de estas pérdidas podrían ser evitadas.
Desde el año 2005, la firma Claas Argentina fabrica y exporta a todo el mundo cabezales girasoleros de última generación. El producto resultó ganador del concurso organizado por Claas en Alemania, en la búsqueda de proveedores para la fabricación del cabezal de girasol de mejor rendimiento. El cabezal –que actualmente se fabrica íntegramente en la planta de CLAAS de Ameghino– demostró ser ampliamente superior en las pruebas realizadas en Hungría, compitiendo contra cabezales de renombre como el NAS (Húngaro) y el GERINGHOFF (Alemán), entre otros.
La importancia del cabezal
Según un informe del INTA PRECOP, la evaluación de pérdidas promedio de nuestro país en la cosecha del girasol es de 122 kg/ha –representando una reducción del 25,8% del margen neto por superficie arrendada– lo que significa que algunos lotes tienen pérdidas de 60 kg/ha, mientras que otros rondan los 185 kg/ha; valores muy altos y, lo que es más importante, evitables. De acuerdo al cálculo volcado en el informe, el valor de pérdida promedio multiplicado por las 1.840.000 hectáreas sembradas en la campaña 2011/2012, y por el precio de la oleaginosa en el mercado local, representan unos 66 millones de dólares sólo en esta campaña.
Estas pérdidas tienen su origen en gran medida, según el INTA PRECOP, en el efecto de desgrane en los cabezales. Una insuficiencia en el ancho del cabezal respecto del índice de la alimentación de la cosechadora, o una mala regulación del mismo, pueden causar estragos a la hora de cosechar. De las pérdidas ocasionadas al momento de la cosecha, un 70% se produce por
ineficiencias de los cabezales o errores en su regulación.
Solución integral
Los productores tienen, hoy mismo y a su alcance, una herramienta totalmente eficiente para reducir estas pérdidas, optimizando los rindes del girasol: las cosechadoras Claas cuentan con cabezales totalmente regulables mediante un sistema hidráulico de última generación, posibilitando la regulación de altura y velocidad de rotación del molinete de acuerdo a las condiciones óptimas
para el cultivo, como así también la velocidad del molinete, proporcional al avance de la cosechadora.
Además, su diseño exclusivo permite reducir las pérdidas por choque frontal, cuando las bandejas toman la planta, introduciéndola en el canal de corte (espacio entre bandejas), permitiendo una entrada suave de la planta y sin daños.
Actualmente, un tercio de la cosecha de girasol en el mundo se realiza con cabezales fabricados por CLAAS en la Argentina. El principal destino son los países de Europa, especialmente Rusia y Ucrania, donde se producen 23,4 millones de toneladas de las casi 35 millones de toneladas de girasol que aproximadamente se cosechan cada año en todo el mundo.
En 2011, se enviaron a Europa un total de aproximadamente 200 cabezales por un valor cercano a los 3,5 millones de dólares. Para 2012, la cifra trepará a 300, por un valor de 5,5 millones de dólares. Además, el año pasado, Claas Argentina culminó la ampliación de su planta de Ameghino, desde donde también se fabrican girasoleros para el mercado local, junto a otros componentes para el ensamblado de las cosechadoras.
Fuente: On24