Los vinos argentinos pierden cada vez más terreno
Tirantez comercial entre los paÃses repercute en el sector bodeguero. Chile se consolida como el principal proveedor de Brasil. Cayeron las ventas al exterior.
El vino argentino está ganando terreno en los Estados Unidos y Rusia, pero vende menos en Brasil. Para los productores, una combinación de factores, a ambos lados de la frontera, provoca que las bodegas nacionales pierdan terreno en el país vecino. Las quejas van en dos direcciones: el retraso en la concesión de licencias no automáticas y la carga fiscal en Brasil.
Según los exportadores argentinos, las licencias han tardado entre 45 y 60 días. “El vino chileno llega en condiciones más favorables que el argentino y eso es un disparate, teniendo en cuenta que estamos en el mismo bloque económico”, le explicó al diario Valor Daniel Rada, director del Observatorio del Vino, centro de estudios argentino.
La consolidación de Chile como el principal proveedor de Brasil es la consecuencia indirecta de las fricciones comerciales entre Brasil y la Argentina. Desde el comienzo del año pasado, la Argentina comenzó un régimen de administración del comercio que afectó principalmente a las exportaciones brasileñas. Y a partir de mediados de 2012, Brasil se convirtió en menos receptivos a ciertos productos nacionales. “Brasil comenzó a devolver gentilezas y el vino está siendo golpeado por lo que pasó en otros sectores del comercio bilateral”, dice José María Ortega Fournier, exportador de vinos de alta calidad.
Las licencias se introdujeron el año pasado, en un contexto en donde el precio mínimo es de u$s8 por caja. Entre 2011 y 2012, y las exportaciones argentinas a Brasil en este segmento disminuyeron de u$s67 millones hasta los u$s$59 millones. En el mismo período, las compras brasileñas de vinos chilenos aumentaron de u$s85 millones a u$s90 millones.
Y los datos de 2013 hasta la fecha no son alentadores. Durante el primer semestre, Brasil compró vinos argentinos por u$s25 millones. “Los supermercados brasileños estaban llenos de vinos argentinos y ahora llenan los estantes con productos de otro origen. Lo que necesitamos ahora es restaurar la confianza”, dijo uno de los principales exportadores a Brasil.
Según publicó el diario Bae, para los vinos que buscan competir en precio, el retraso cambiario pronunciado entre 2010 y 2011 en el país, perjudicó a la competitividad del producto. La carga tributaria en Brasil también afecta a los productos que se dirigen al alto poder adquisitivo. “Una botella de vino que cuesta u$s50 en Buenos Aires no se vende por menos de u$s120 en San Pablo. El cargo impositivo sobre el vino es del 7% en los Estados Unidos y del 68% en Brasil. Como el viajero puede llevar hasta 16 botellas “libre de impuestos”, los turistas han ingresado vinos en Brasil a través de compras directas”, dice Ortega Fournier.
Brasil oscila entre el tercer y el cuarto destino de los vinos argentinos, pero a una gran distancia de los Estados Unidos, que absorbe casi la mitad de las ventas al exterior. La evolución del mercado desalienta a los productores. “El consumo de Brasil no crece desde hace algún tiempo. Lo que existe es una cierta migración de vinos nacionales a la compra de los vinos europeos, pero todo dentro de un rango de dos litros por habitante por año”, dijo Mario Giordano, gerente General de Wines of Argentina.
En general, la Argentina exportó el año pasado 22% de la producción, que alcanzó ingresos de casi u$s1.000 millones. Este año, el país alcanzó los u$s410 millones en los primeros seis meses, un descenso del 5% respecto al mismo período de 2012.
La industria argentina ha perdido la competitividad, sobre todo en segmentos bajos menores a los u$s36 FOB (free on board) la caja de nueve litros o doce botellas. Durante el año pasado, la franja menor cayó en más de dos millones de cajas con respecto a 2011.
En el primer bimestre de 2013, la exportación de este segmento cayó 219.730 cajas si se compara con el mismo período de 2012.
Fuente: Infocampo
