A favor del trigo
Por las altas temperaturas y los excesos hÃÂdricos la cebada no logró un buena campaña en cuanto a rendimientos y calidad por lo que no podrá mantener la superficie lograda hace un año.
La cebada afrontó en la campaña anterior diversas situaciones negativas que impactaron sobre los rindes, aseguró Pablo Bressa, asesor del grupo General Arenales de Consorcios Regionales de Experimentación Agrícola (CREA), durante una jornada de cultivos invernales organizada por la entidad de la zona Sur de Santa Fe en Venado Tuerto.
"La última campaña de cebada fue atípica, pero aun así permitió sacar algunas conclusiones. La principal es que la Argentina debe dejar de depender de (la variedad) Scarlett", indicó Bressa.
Durante el ciclo de la cebada 2012-2013, se produjo un incremento de 2º centígrados en la temperatura media de vastos sectores del país. "Cabe destacar que si las mayores temperaturas tienen lugar durante el llenado de granos, puede verse afectado su calibre. Además, entre agosto y noviembre, las lluvias fueron extraordinarias", dijo el experto.
Expresó que "no hay cultivo de invierno que desarrolle satisfactoriamente con 77, 84, 282 y 155 milímetros, respectivamente, desde agosto a noviembre".
Por otra parte, reapareció una enfermedad ausente desde hace 12 años, la ramularia (Ramularia collo cygnis), que se propagó desde Uruguay al litoral argentino y al norte de Buenos Aires, generando sorpresa y poca reacción por parte de los productores.
En tanto, la variedad más sembrada, Scarlett, resultó muy afectada por enfermedades, vuelco y quebrado. Casi todos los granos cuentan con una importante disponibilidad de cultivares con distintas características genéticas, pero en cebada, nuestro país es Scarlett dependiente, aun cuando en los últimos años surgieron algunos otros materiales cuyos resultados merecen ser tenidos en cuenta, analizó el técnico.
En materia de fertilización de cebada, tradicionalmente, en el norte bonaerense todo el nitrógeno se aplicaba a la siembra. Sin embargo, una campaña mala como la pasada dejó la enseñanza de que se puede dividir la aplicación.
En consecuencia, y dado que Scarlett concentra la mayor parte de la producción, Bressa abrió la posibilidad de repartir la aplicación de nitrógeno para atenuar la posibilidad de vuelco en Scarlett y apuntar a un objetivo del 10% al 11,5% de proteína en las variedades Shakira y Andreia.
La mala performance de la cebada en la última campaña, no implica que dejará de producirse, quizá lo que suceda, como ya ocurrió otras veces, es que se resigne área productiva, lo que en un futuro mediato puede ser inconveniente. Esta fue la deducción de Daniel Mennella, gerente de Originación de Cargill, quien también habló en la reunión.
Casi sin proponérselo, la Argentina subió al podio de los principales exportadores de cebada, como una consecuencia lógica de la reducción del área sembrada de trigo.
Sólo en un año, la producción aumentó en un millón de toneladas, que se orientaron principalmente al exterior por el buen precio internacional y la inexistencia del consumo interno de cebada forrajera.
Para no sufrir avatares similares a los del último año, el especialista adelantó, al igual que Bressa, que lo fundamental es abandonar la Scarlett dependencia. También destacó que las nuevas variedades permiten alcanzar rindes superiores a los del trigo, aunque advirtió que los precios caerán sensiblemente por la mayor producción de Rusia y Ucrania
Fuente: Ambito Financiero