A la hora de sembrar...
Previo a la siembra conviene tener en cuenta algunos aspectos para obtener mejores resultados. Desde el INTA Balcarce explican cuáles son y qué se debe hacer.
1: Eligir cultivares que estén dentro de los Grupos de Calidad 1 y 2, porque van a permitir obtener la calidad que el mercado interno prefiere. El INASE (Instituto Nacional de Semillas) es quien establece el Grupo de Calidad de cada cultivar comercial, actualizando la lista todos los años. 2: Es importante elegir el ciclo adecuado para cada fecha de siembra; no respetar el ciclo tiene una merma de rendimiento, con promedio nacional del 4% cada 10 días de retraso en la fecha de siembra. Si un productor tiene una superficie grande para sembrar es especialmente importante diversificar los ciclos, comenzando la siembra con los ciclos más largos y luego ir hacia ciclos más cortos, para no caer en mermas de rendimiento innecesarias. 3: Hacer análisis de semilla adecuados, los cuales no son caros y muchos laboratorios los realizan. Con estos análisis lo que se obtiene como dato más importante es el poder germinativo, el cual debe ser preferentemente mayor al 90%. 4: La semilla debería estar curada, en especial si el poder germinativo es bajo. Además, la cantidad de semilla a sembrar se debe corregir por el poder germinativo, por ejemplo, si se desean obtener 280 plantas/m2 y el poder germinativo es de 85%, se deberán sembrar 329 plantas/m2 = 280 / 0,85. 5: A la hora de pensar en la elección del lote, el productor debe elegir el cultivar adecuado al lote que va a sembrar, por ejemplo no intentar hacer cultivares de muy alto potencial de rendimiento en lotes que tienen problemas de profundidad o muchos años de agricultura donde la cantidad de nutrientes es baja y puede limitar no solo el rendimiento sino también la calidad. 6: Normalmente si uno está en un lote de baja productividad debe priorizar un cultivar de buena sanidad y rendimiento estable más que un cultivar de alto rendimiento. 7: Respecto del fósforo, la recomendación es hacer un análisis del suelo cada dos o tres años y fertilizar en función del trigo y de la soja que seguramente seguirá. 8: El diagnóstico de nitrógeno requiere del análisis de suelo todos los años, lo más próximo a la siembra que se pueda. En el sur la siembra arranca en junio y se cuenta con cultivares que permiten continuar sembrando hasta fines de agosto sin sacrificar rendimiento. Este año aún falta un buen período de frío para matar malezas y romper el puente verde entre campañas que puede favorecer la continuidad de insectos y enfermedades como la virosis del mosaico estriado.
Fuente: INTA Balcarce