En los cinco primeros meses del año, la faena de ganado vacuno se ha incrementado 12 por ciento con respecto a igual período del año pasado, y 18 por ciento en relación con enero-mayo del 2011.
La escasez se ha terminado; si a la matanza estimada para este año (12,5 millones) se le agrega una mortandad de ganado adulto del orden de las 750 mil cabezas se concluye que este año la extracción del rodeo nacional será de 13,15 millones de cabezas. Si se lo relaciona con un destete de 13,4 millones de terneros (según datos del Senasa) arrojaría un balance positivo del stock de sólo 150 mil cabezas.
La fuerte aceleración de la faena, y la alta participación que tienen las hembras en la misma en los últimos meses (42,5 y 43,0 por ciento) son señales inequívocas que la vigorosa retención de 2010-2011 ya es cosa del pasado.
La oferta de ganado para faena crece porque sube el número de cabezas ingresadas al stock (destete), y porque la retención de hembras tiende a desaparecer. De lo producido, y una vez realizada la reposición de terneras, se vende todo o casi todo. La razón: ha empeorado dramáticamente en los últimos 15 meses la relación entre el precio del ganado y el costo de vida y de mantenimiento de una explotación en funcionamiento. Casi todo el aumento de la faena de los últimos dos años corresponde a hembras, cuya matanza ha aumentado en 2012 en 700 mil cabezas, estimándose que para este año aumentará otras 700 mil cabezas.
La faena actual, entonces, es alta porque para lograr un determinado ingreso se necesita vender entre 40 y 60 por ciento más de kilos de ganado gordo o de invernada que dos años atrás. Y porque la confianza en general y el optimismo sobre el futuro del país y de la ganadería que tienen los productores ha caído sensiblemente.
La hacienda está muy barata en dólares y a moneda constante, pero no existe hoy entrada de capitales ajenos al sector. Se debe a que gran parte de los inversores piensa que los precios del ganado en dólares o a moneda constante pueden caer aún más
en el segundo semestre.
En los años finales de la convertibilidad una vaquillona negra preñada valía 340 dólares, valor que ascendió a 350 dólares durante los años 2005-2008. Durante la euforia del 2011-2012 se mantuvo en los 980 dólares y hoy sólo vale 500 dólares.
Las elevadas faenas de los últimos meses habrían llevado el consumo de carne vacuna a niveles cercanos a los 65 kilos per cápita ; el consumo de pollo habría caído a 38 kilos, de acuerdo a datos oficiales, y la ingesta de cerdo rozaría los 12 kilos, por lo que el consumo total de carnes seguiría ubicándose en los 115 kilos por habitante, récord a nivel mundial. Todo lo que ha caído el consumo de pollo ha sido compensado por el aumento en el consumo de carne vacuna.
La faena de pollos habría continuado creciendo en los primeros meses del año, de acuerdo a datos oficiales, lo cual contradice la idea generalizada de que este sector industrial estaría intentando un ajuste consensuado en la producción, que permita una mejora en los precios. Hacia fin de 2012, los precios mayoristas del pollo eviscerado subieron marcadamente, como parte de una política de los industriales para reducir las pérdidas; pero pasado ese impulso inicial, el mercado no respondió y estos precios cayeron 32 por ciento entre enero y mayo: de 10,50 a 7,10 pesos por kilo de pollo eviscerado.
Fuente: La Voz del Interior