La medida justa
Un desarrollo del INTA y de la Universidad Nacional de San Juan vigila la humedad de los cultivos. Se trata de un sistema inalámbrico de sensores que advierte cuando es necesario regar. Eficiencia y estabilidad en los rindes.
Conocer los requerimientos de un cultivo en tiempo real, ya no es sólo una expresión de deseo. Ahora, saber cuándo un cultivo necesita agua para maximizar su producción es posible gracias al trabajo de técnicos del INTA y del Instituto de Automática de la Universidad Nacional de San Juan, quienes desarrollaron un sistema que monitorea y evita que le falte agua al cultivo. Ahorra hasta un 30% más de agua, en comparación con los sistemas utilizados en la región.
“Se trata de una tecnología que optimiza y racionaliza el riego, lo que implica minimizar el uso de agua, recurso escaso en las zonas áridas del país”, expresó Facundo Vita, especialista en manejo del agua del INTA San Juan, quien señaló que en la región Cuyo, es “un bien escaso y por eso trabajamos para hacer un uso eficiente”.
En los valles irrigados de la cordillera, en general, el porcentaje de eficiencia en la aplicación no supera 60% cuando se riega a manto o por surcos. En cambio, en sistemas de riego por goteo el nivel de eficiencia supera el 90%. “Las ventajas en la aplicación que permiten los riegos presurizados modernos pueden perder toda su eficacia si no tienen en cuenta los requerimientos de agua por el cultivo”, expresó el técnico del INTA.
De acuerdo con Vita, “definir una estrategia de riego le va a permitir al productor mejorar la toma de decisiones y hacer un uso eficiente del recurso”. El sistema de riego inteligente incluye sensores de humedad de suelo, electrónica y un software específico. De esta manera, “El prototipo controla y maneja la cantidad de agua que se utilizará para el riego a partir de parámetros establecidos por el productor”, indicó Vita y especificó: “Riega sólo cuando la planta lo necesita”.
Flavio Capraro, investigador del Instituto de Automática de la Universidad de San Juan, aseguró que “automatizar el riego de un cultivo evita el derroche de agua y, además, ahorra energía, ya que se utiliza sólo lo que la planta necesita y el productor no se excede en el tiempo de utilización de bombas para el riego”.
Vita: “El prototipo controla y maneja la cantidad de agua que se utilizará para el riego a partir de parámetros establecidos por el productor”.
Entender a las plantas
Para Capraro, “la clave está en identificar el momento en el que la planta necesita agua”. Así, con el sistema inteligente, la frecuencia y el tiempo de riego se adaptan automáticamente a las variaciones ambientales y del suelo, con el objetivo de mantener la humedad deseada constante.
Además, para que “el riego inteligente sea eficiente tiene que estar controlado y programado”, dijo Capraro quien explicó: “De esta manera, el productor se asegura que la cantidad de agua que recibe el cultivo sea justa y en el momento oportuno”.
Para identificar los momentos y el tiempo de riego, es necesaria la instalación de sensores de humedad del suelo en distintos puntos del lote –y a diferentes profundidades–. Esta información se transmite en tiempo real y de manera inalámbrica a una computadora. “Con esto el productor puede desarrollar su propia estrategia de riego y modificarla sobre la marcha”, expresó Capraro.
De este modo, en función de los valores de humedad medidos en el suelo y los requeridos por las plantas, el sistema posee un software que permite activar de manera remota el riego por goteo, siempre con la premisa de utilizar sólo la cantidad de agua indispensable. Así, “el productor supervisa, por internet, el estado del lote en todo momento”, añadió el técnico del INTA.
Este sistema fue desarrollado en el marco del Proyecto Riego Inteligente en Vid. Es un trabajo del INTA San Juan con el Instituto de Automática de la Universidad Nacional de San Juan que, además, fue ampliado a otros cultivos como el Olivo.
Flavio Capraro, investigador del Instituto de Automática de la Universidad de San Juan
INTA Informa