Los rindes aumentan un 17% en campos donde hubo maíz
Para mantener sanos los suelos, nuestro paÃs necesita poner fin al monocultivo sojero. Los expertos dicen que solo asi se podrá incrementar la producción.
La realidad indica que hoy los ingresos de los agricultores están cayendo y los rendimientos de la soja se encuentran estancados. Pero esto no es solo consecuencia de la inflación, sino tambien de la falta de rotación.
Para mantener saludables nuestros suelos, el pais necesita sembrar más maíz y poner fin al monocultivo sojero. Los expertos apuntan que sólo así podrá estar en condiciones de lograr su objetivo de incrementar la producción total de granos en un 60 por ciento en cinco años.
Los pesimistas dicen que los cambios necesarios en las políticas se realizarán con demasiada lentitud, si es que se realizan. Los optimistas ven señales positivas, como la reciente modificación del sistema de cuotas de exportación de maíz, cuyo volumen exportable es ahora anunciado de una sola vez y mucho antes de que comience la siembra.
Lo cierto es que Argentina será un actor clave en el mercado mundial a medida que la demanda internacional de alimentos se duplique en las próximas décadas. Una oferta insuficiente de gigantes de los granos como Argentina, Brasil y Rusia elevaría el riesgo político en mercados emergentes y amenazaría la seguridad global. Las partes más hambrientas de África, por ejemplo, son áreas de desastre permanente y terreno fértil para el surgimiento de extremismos.
Argentina es el tercer mayor exportador mundial de soja, el principal de su aceite y de su harina, que sirve de alimento para ganado. Sin embargo, las políticas oficiales que alientan la planificación de cultivos a corto plazo y la falta de rotación con el maíz están oscureciendo el horizonte para los inversores.
Los productores argentinos se están alejando del maíz y el trigo porque la exportación de ambos cultivos está regulada por el Gobierno con un sistema de cuotas que complica la planificación de la siembra.
Incluso con la nueva política de determinar los saldos exportables antes del inicio de la campaña, las cuotas pueden variar a lo largo de la temporada, dependiendo del estado de los cultivos y de las expectativas de demanda doméstica.
Casi el 65% de la región agrícola de Argentina está sembrada con soja, mientras que lo ideal sería que abarcara el 50%. Las consecuencias del desequilibrio incluyen un aumento en los ataques de insectos y enfermedades, lo que afecta los rendimientos e hincha los costos en materia de pesticidas para los agricultores, ya golpeados por una inflación del 25% anual.
Fuente: ON 24