El menor crecimiento ya afecta al conjunto de la economía
El grueso de los economistas corrigió las previsiones de crecimiento del PBI. Menos cosecha y lenta recuperación de Brasil.
La mayoría de los economistas ya comenzaron a recalcular las cifras de crecimiento económico previsto para este año. También, claro está, revalorizan el resto de las variables económicas relevantes, como la inflación, nivel de empleo, balance comercial y reservas, entre otros datos.
El lunes pasado, un grupo de economistas poco ortodoxos y alejados de cualquier coqueteo fondomonetarista se reunieron para “cambiar figuritas”. Y un dato fue casi unánime: el producto bruto interno (PBI) de la Argentina crecería este año entre un 1% y el 1,5%. Lejos del rango del 3% al 5%, previsto a fines de 2012 y casi un tercio del 4,4% pronosticado en el Presupuesto 2013. Otros profesionales tienen una mirada más optimista, aunque también redujeron sus cifras de incremento del PBI.
Pero este fenómeno no llega en soledad. Algunos especialistas ya están moviendo hacia arriba la cifra de inflación que, en algunos casos, ya roza el 30%, a pesar del congelamiento de precios, debido a una mayor emisión monetaria, consecuencia de dos razones básicas: menor recaudación por el parate económico (sobre todo el consumo y los bretes al comercio mundial) y el mayor gasto público, “tradicional” en un año electoral.
De todas maneras, se anticipa que muchas de las cifras intraanuales de este año serán positivas, sobre todo a partir del segundo trimestre, ya que se comparan con las del año pasado, que fueron incluso más bajas que las de este año.
“Este año, la economía está marcada por la política”, asegura Marina Dal Poggetto, directora del Estudio Bein & Asociados. “Nosotros bajamos nuestra expectativa de crecimiento del 5% al 4%, básicamente por la caída en el volumen de la cosecha de soja”, y podría registrarse “un superávit menor en la balanza comercial, ya que pensamos que se reducirá el crecimiento de las exportaciones y de las importaciones y, en consecuencia, en las reservas”. Le preocupa el nivel de la brecha entre el dólar oficial y el “blue”, ya que “produce efectos muy negativos en algunos sectores y muy positivos en otros, pero fuera de la lógica económica, ya que son producto del grado de protección de la que disfruten uno u otro sector”.
Luciano Laspina, jefe de Estudios Económicos del Banco Ciudad, asegura que “nosotros pensamos que la economía crecerá muy poco e incluso, según las circunstancias, podría no haber crecimiento”. Dice que “identificamos dos tipos de factores para el crecimiento; uno son los cíclicos, que este caso son la soja, Brasil y la política salarial, que vendrán mejor que en 2012, pero no mucho mejor. Los otros factores son los estructurales, que son claramente negativos: inflación, tarifas atrasadas, subsidios, brecha cambiaria, tipo de cambio real, infraestructura, logística, financiamiento y mercado de capitales, entre otros”. Y agregó que “la Argentina se quedó fuera del mundo y sólo la revaluación del real nos permite vender algo. Por ejemplo, el tipo de cambio real ya está por debajo del 1 a 1 de la convertibilidad. Hay muy poca inversión privada y el gasto público es muy ineficiente”. Y concluyó diciendo que “la cosecha será menor que la esperada, Brasil todavía es una incógnita; el consumo privado está planchado y el año pasado los salarios reales cayeron, y este año, como mucho, podrían empatarle a la inflación. No hay mucho espacio para festejar”.
“Nosotros bajamos nuestra proyección de crecimiento de 4% a 3%”, dijo Ricardo Delgado, titular de Analytica Consultora. “Creemos que se crecerá menos debido a que la cosecha sería menor que la esperada a fines del año pasado y a que Brasil se recupera más lento de lo previsto. Y el reciente anuncio de suba de tasas para frenar la inflación abre más interrogantes todavía. La dinámica de la venta de autos viene bien, pero el resto de los productos serán de difícil colocación. La tercera pata es la evolución del salario real. En estos momentos, el resultado todavía es negativo, ya que el incremento nominal del salario es menor que la inflación”. Agregó que “por eso, el segundo trimestre será fundamental para saber bien qué podría suceder al final del año” y concluyó en que “se llegará a las elecciones en condiciones mejores a las de 2009, pero peores que en 2011”.
Ernesto Kritz es director de Poliarquía, economista y especialista en marcado laboral. Sostiene que ya en el primer trimestre la economía creció muy poco y que calcula una suba del PBI, “en el mejor de los casos del 1,5%”. Explica que “el año pasado, con un crecimiento muy bajo, el empleo total subió 0,7%; así que si uno calcula una suba del PBI de 1,5%, se podría pensar en un aumento del empleo en torno al 1%”. Respecto de los salarios, opinó que “el juego todavía está muy abierto, pero es previsible que los salarios privados se ajusten al nivel de la inflación o incluso un par de puntos encima. Si esto es así, la masa salarial sería mejor que la del año pasado, pero peor que la del 2011. En este marco, se puede prever una economía estancada o con un muy bajo nivel de crecimiento”.
“Nosotros bajamos el pronóstico de crecimiento del 2,6% al 0,9%”, informó Jorge Todesca, titular de la consultora Finsoport. Los motivos hay que buscarlos en “el menor crecimiento de Brasil y la caída en la cosecha. Esto implica menores ingresos fiscales y una caída en el ingreso de divisas. Nosotros calculamos que el superávit comercial caerá en unos US$1.000 millones, lo que podría obligar a mayores restricciones a las importaciones, ya que crecerá la factura energética, y este desequilibrio cambiario es un combustible inflacionario”. Todesca, además, prevé “una inflación algo más alta, en torno al 27%, el consumo privado crecerá 1% y el público 4%, y la inversión subirá un 1,4%”. Pero “el Gobierno tiene otro problema: ya utilizó el 75% de los fondos que le puede girar el Banco Central, y el Fondo de Garantía de Sustentabilidad de la ANSeS está en el límite permitido de financiamiento de la obra pública, lo que genera dudas sobre el monto final de la emisión monetaria y, por ende, de la inflación”.
Digo Giacomini, economista jefe de la consultora Economía & Regiones, sostiene que “nosotros pensamos que por diversas razones, por ejemplo caída de salarios reales, mayor presión tributaria y el probable aumento de algunas tarifas, se achicaría el ingreso disponible, lo que limitaría el consumo privado y es probable que la inversión siga cayendo. Por estas causas, el previsible aumento en el consumo público no servirá para impulsar el crecimiento. Por esto, la suba en el PBI este año estará muy vinculada al comportamiento de las exportaciones. En nuestros escenarios, prevemos un crecimiento de entre 1,8% y 2,5% según las exportaciones crezcan 3%, 6% o 10%. En pocas palabras, la tasa de crecimiento termina dependiendo del valor de las exportaciones. Y tanto precio y cosecha de soja como importaciones brasileñas son variables que están fuera de nuestro alcance”.
Fuente: Clarin iEco