Interesantes ventajas del sorgo en la bioenergía
El sorgo puede ser utilizado tanto para la producción de biocombustibles de primera generación como en alternativas de segunda y tercera generación. Además, el almidón del grano de sorgo resulta fácilmente intercambiable con el maÃz en el mercado de la producción de bioetanol.
Diferentes países están invirtiendo para incrementar su seguridad energética y reducir el uso de combustibles dependientes de hidrocarburos fósiles, las emisiones de dióxido de carbono y polución ambiental incrementando el desarrollo y uso de bioenergía. Dentro de los próximos diez años, el uso de biomasa para energía debería triplicarse debido a la extensión de cultivos asociados, los que incrementarían de 2.8 al 50 por ciento del total de biomasas para el 2030
Existen actualmente cadenas de bioetanol en gran escala como Brasil, Estados Unidos, India y China basado en cultivos tradicionales como caña de azúcar, maíz y sorgo.
Estos biocombustibles de “primera generación” son generalmente producidos a partir de la fermentación de carbohidratos que son fácilmente convertibles, provenientes de cultivos usados para alimento.
La segunda generación de biocombustibles
La discusión sobre la problemática de usar estos cultivos para biocombustibles llevó al desarrollo de la “segunda generación de biocombustibles” los cuales son producidos principalmente a partir de componentes estructurales (lignocelulosa) de cultivos no alimentarios, restos de cultivos, bagazo, y otros.
Esta última tecnología aún en fase de desarrollo, es una alternativa más económica y sustentable de producción de bioetanol para el futuro.
Ambas tecnologías de conversión de segunda generación, biológica y termoquímica, están en la actualidad avanzadas para la producción comercial de etanol celulósico concomitantemente con la producción de calor y energía.
En ese contexto, el sorgo se presenta como una alternativa con gran potencialidad, señala un trabajo difundido por Aapresid.
El sorgo es una especie rústica que puede ser cultivado en una gran variedad de ambientes y tipos de suelos. Se destaca por su mayor adaptación y mejor respuesta en condiciones edafoclimáticas limitantes, dando estabilidad de rendimientos en situaciones productivas de menor potencialidad, donde el maíz no responde.
Es tolerante a deficiencias hídricas: requiere aproximadamente un tercio del agua para la producción de grano o biomasa comparado con el maíz o la caña de azúcar.
Se adapta a suelos salinos y arenosos y es un excelente recuperador de suelos, dando un balance positivo del carbono, preservando la estructura física del suelo.
Además, completa su ciclo en tres a cinco meses, dependiendo del grupo taxonómico, generalmente en cuatro meses, lo que permite su uso en un esquema de rotaciones con otros cultivos anuales.
El sorgo azucarado y la biomasa
El sorgo puede ser utilizado tanto para la producción de biocombustibles de primera generación (etanol a partir de grano o azúcar de tallos) como en alternativas de segunda y tercera generación (aprovechamiento del bagazo, biogás, etc.).
Respecto a la utilización del almidón del grano de sorgo, éste puede ser fácilmente intercambiable con el maíz en el mercado del bioetanol, ya que es una materia prima que resulta totalmente compatible con los procesos industriales de transformación de maíz en etanol, y los niveles de producción de ambos cereales pueden ser comparables, dependiendo del ambiente.
En el sorgo azucarado, el etanol se obtiene a partir de los azúcares presentes en el tallo, a diferencia de los sistemas basados en maíz o sorgo granífero que utilizan el almidón presente en los granos.
El etanol del jugo de tallos azucarados de sorgo produce aproximadamente 8 unidades de energía por cada unidad de energía usada en su producción, que es similar a la caña de azúcar pero cuatro veces más aproximadamente del rendimiento obtenido del almidón del grano de maíz.
Además, el importante volumen de bagazo remanente que genera este cultivo puede ser fácilmente aprovechado para la generación de energía eléctrica.
El sorgo azucarado y la biomasa satisfacen las necesidades para que la presente y próxima generación de biocombustibles sea ambientalmente sostenible, fácilmente adoptada por los productores, con la ventaja adicional de aprovechar la infraestructura existente agrícola.
Fuente: Mundo Campo