Tres generaciones dedicados al sector agropecuario
En Costa Grande, Diamante, se ubica la Estancia Don Alfredo de los hermanos Francisco y Alfredo Gutiérrez, productores agropecuarios que continúan la tradición de su abuelo y padre. Su trabajo refleja fortaleza y dedicación, pero con un hobbie particular: los caballos de raza Polo Argentino.
La Familia Gutiérrez se asienta en la costa del Paraná en el década del 1940, cuando adquieren parte de un latifundio que comprendía alrededor de 17 kilómetros de extensión. En un principio los campos se utilizaban a la producción ganadera, pero las transiciones políticas y económicas del país hicieron que las tierras sean agrícolas. “Con mi hermano Alfredo continuamos con la tradición de nuestro padre y abuelo. Ellos se dedicaban al sector ganadero, pero hoy en día prima lo agrícola. Sembramos cultivos de invierno y verano y en los sectores que son cañadas, bajos, montes o costa del río, hacemos algo ganaderías” explicó Francisco Gutiérrez.
En cuanto a la agricultura, el objetivo de los hermanos es ampliar campaña a campaña estrategias de manejo y conservación del suelo para que sea redituable a largo plazo, mediante una planificación basada en el aportes de nutrientes y rotación de cultivos. “En general hacemos todos nuestros campos con terrazas. También, en los últimos ciclos venimos aumentando los cultivos de cobertura, que son para mantener un cultivo verde que nos permita controlar malezas y erosión, a su vez observamos mejores resultados en el rendimiento de algunos cultivos” expresó Gutiérrez. En este ciclo agrícola implantaron maíz precoz o de ciclo corto, el tradicional y el tardío, también cultivaron hectáreas de soja y sorgo.
En lo que respecta a la ganadería los hermanos no priorizan raza, ni buscan una genética por excelencia. “Es un negocio de oportunidades, lo que define al sector es la relación que podes hacer en la compra y venta. Cada año te adecuas a lo que conviene en el momento, nosotros por ejemplo tenemos unos corrales de feedlot, pero no hay animales. Lo tenemos por si crece el río y debemos sacar las cabezas de la isla o zonas bajas” detalló Gutiérrez.
Historia con el polo: “Un hobbie muy lindo pero dejado de lado”
Desde jóvenes Francisco y Alfredo incursionaron en el ámbito del polo, si bien no se dedicaron a la actividad de forma profesional, lo hicieron por gusto individual. “Ahora es un hobbie muy lindo, pero dejado de lado. Tenemos un padrillo que me lo consiguió un amigo y las yeguas con las que jugábamos que ahora están en servicio. Son de raza Polo Argentino, que deriva del Pura Sangre que se fue seleccionando y mejorando para esa disciplina, son caballos mansos, que deben ser tranquilos en su carácter, pero enérgicos en sus actitudes” concluyó Gutiérrez.
Fuente: De la Redacción de Momento de Campo