La suba de la harina amenaza el acuerdo de congelamiento
Un insumo vital para la elaboración de alimentos amenaza con echar por tierra el congelamiento de precios impulsado por el Gobierno que cuenta con el acatamiento público por parte de los súper e hipermercados de presencia nacional.
Ese producto es la harina, materia prima básica para la fabricación de panificados y pastas -dos familias de alimentos de masiva presencia en la mesa-, que desde el arranque del año aumentó nada menos que entre el 50 y 60 por ciento.
Sin subsidios, el nuevo precio del insumo -que oscila entre 135 y 150 pesos la bolsa de 50 kilogramos- desvela a los industriales e, incluso, genera controversias internas en sectores como los panaderos, en el cual hay una discusión pendiente sobre la rentabilidad.
Si bien el aumento más importante en el precio de la harina se produjo en enero, hasta ayer, los principales molinos que abastecen el mercado cordobés estaban emitiendo listas de precios con aumentos. "El valor del trigo aumentó un 40 por ciento, pasó de 800 a 900 pesos la tonelada a fin de 2012, a 1.500 pesos en la actualidad", reconoció a La Voz del Interior un molinero.
"La campaña pasada fue la que menos siembra tuvo en los últimos años, súmele la sequía. Hay algo de trigo, pero no demasiado; en consecuencia, quien tiene trigo más o menos bueno se sienta arriba y fija precio", comentó este industrial.
¿Cómo se traslada ese valor al costo de la bolsa? Por cada 100 kilogramos de trigo (un quintal), se obtienen unos 73 kilogramos de harina. Sumados los costos de producción, se llega al valor histórico del precio de la bolsa, que equivale a un quintal de trigo, explican en ese sector. A ese valor, en este caso 150 pesos, se debe agregar el flete.
El comité ejecutivo de la Coordinadora de las Industrias de Productos Alimenticios (Copal) trató ayer esta problemática y aseguró estar de acuerdo con el congelamiento siempre que los proveedores no trasladen aumentos de costos.
"¿Congelamiento? En este momento estoy encima de la lista de precios", reconoció también ayer un industrial de la panificación, según el cual, aun pagando de contado, el precio más bajo de la bolsa se sitúa en 135 pesos.
"La panificación se está quedando sin rentabilidad, no sólo por la harina sino también por el aumento de otros insumos: la manteca acaba de llegar con el 10 por ciento; las grasas, con el 20 y en enero tenemos que pagar el 13 por ciento de aumento salarial que es el final de las paritarias del año pasado", relató el mismo empresario.
También en la industria de las pastas frescas el aumento del precio de la materia prima está pegando con fuerza. "Hoy la rentabilidad está cercana a cero y tengo claro que no voy a permitir que la empresa pierda capital de trabajo", aseguró, sin vueltas, un fabricante con presencia en las principales góndolas del país. ¿Cómo se puede evitar perder recursos? Aunque la fuente no lo dijo, el camino es uno solo: reducir la entrega de productos.
Entre molinos, panificadores y fabricantes de pastas, subyacen también sutiles diferencias acerca de la rentabilidad que maneja cada uno de los miembros de la cadena. "Las panaderías tienen un margen mayor que las pastas", dicen de un lado. "Las pastas frescas también venden agua", replican.
Al menos en un dato coinciden los referentes de los dos grupos: las ventas todavía se mantienen en un volumen alto, aunque con una retracción de las especialidades de mayor costo al público.
Inflación "Congreso"
Para arriba. El relevamiento de estimaciones de inflación de consultoras privadas que difunden los legisladores de la oposición, denominada "Inflación Congreso", arrojó una suba de 2,58 por ciento en enero.
Interanual. Agregaron que los relevamientos privados, que arrojaron una inflación interanual de 26,28 por ciento, coinciden con la suba de la recaudación de IVA de 26 por ciento.
La Voz del Interior