Productos del campo llegan a góndola con 1.700% de recargo
Alimentos con muy baja o nula industrialización, como pollos, aceite, yerba, frutas y verduras dejan amplio margen al canal comercial, en detrimento del sector primario.
Mientras rige el acuerdo instrumentado en la Secretaría de Comercio Interior, que congeló los precios de los alimentos y otros productos hasta el 1º de abril, los productores agropecuarios tienen una baja participación en la formación de los valores finales a los que se encuentran sus productos en la góndola.
Según un estudio de Confederaciones Rurales Argentinas (CRA), actualizado con los valores de febrero, productos con muy baja o nula industrialización se pueden encontrar hasta 1.700% más caros que en el campo. El caso más estridente es el del pollo, que se le paga al productor 75 centavos por kilo y se cobra $14 por kilo si se compra el pollo entero. Trozado es mucho más caro. Esto implica que el eslabón primario sólo incida en el 5% del precio final.
En cuanto a las frutas y las verduras, el canal comercial también tiene una gran incidencia en el precio final: se paga 70 centavos el kilo al productor y se consiguen a $ 6 por kilo en los puntos de venta, es decir, se le agrega un 757%. A las manzanas se les suma 400% (de $ 2,20 a $ 11 por kilo), mientras a los tomates se les adiciona 268%.
El relevamiento de CRA se basa en información brindada por organizaciones de consumidores y relevamientos en los supermercados que publican sus precios o tienen tiendas online.
En el caso de la yerba, los canales industrial y comercial le adicionan 190% al precio recibido por el productor por la hoja verde ($ 6,90 por kilo). Pero el proceso de industrialización consiste en el secado y empaquetado, con lo cual, de nuevo, el margen queda en el eslabón comercial.
Por el girasol necesario para producir un litro de aceite el productor recibe $ 3,70, mientras que en la góndola el consumidor lo encuentra a $ 9 por litro, según CRA.
El caso de los lácteos es el de los productos más industrializados de la serie por los tratamientos que debe hacerse al producto. Además, al igual que sucede con los pollos, la distribución es refrigerada, aunque con exigencias más severas. A la leche fresca se le adiciona 253% (de $ 1,70 al productor a $ 6 al consumidor). Con más agregado de valor, los quesos adicionan más del 200% y los yogures suman 1.180%.
Mientras el sector primario busca una recomposición de precios por costos crecientes, las paritarias de los distintos rubros alimenticios parecen tener todos los números para llevarse los mayores esfuerzos que puedan hacer las empresas alimenticias. Con lo que se reducen las posibilidades de aumentos al eslabón primario en un año electoral en el que el gobierno nacional está detrás de la contención de la inflación.
Ayer, las empresas reunidas en torno de la Coordinadora de Productores de Alimentos (COPAL) acordaron dejar a criterio de cada una el acogimiento al congelamiento de precios, en la medida en que no se vean afectados sus costos.
Por su parte, la Sociedad Rural Argentina (SRA), en línea con las demás entidades, manifestó su rotundo desacuerdo con los controles de precios establecidos por el gobierno nacional.