Caen los precios de los campos
El mango de la sartén cambió de mano. Hasta 2011, los vendedores eran quienes tenÃÂan el poder en el mercado de campos. Con pocas necesidades de vender, frente a una demanda interesada en invertir en activos seguros, contribuÃÂan a un alza ininterrumpida de las cotizaciones.
En 2012, y en lo que va de 2013, la situación cambió, principalmente por el cepo cambiario impuesto por el Gobierno. Los compradores que tienen dólares los hacen valer y lanzan contraofertas muy alejadas de los valores pedidos. Si la operación no se concreta siguen en espera, con la expectativa de que los valores no van a repuntar en lo inmediato. Es más: hay quienes piensan que lo que parece barato hoy, puede resultar caro visto dentro de seis meses. "Los vendedores de campos tienen en la cabeza los valores del año pasado, que los compradores hoy no convalidan", afirma Alejandro de Elizalde, de la firma Elizalde, Garrahan y Cía.
"Los adquirentes pretenden quitas del 15-20% del precio vigente en 2012, lo que traba las operaciones con los que se mantienen firmes en sus pretensiones; sólo se concretan negocios con los que están muy resueltos a vender", agrega. Y añade que "hay capitales disponibles para invertir en tierras, pero los compradores están muy exigentes al momento de inmovilizar sus billetes de moneda norteamericana".
Según Elizalde, "en esta cinchada, el comprador es el que tiene más fuerza y distorsiona el mercado de campos. Al vendedor le cuesta aceptar un 15-20% de descuento respecto de los valores del año pasado y eso produce un amesetamiento de la actividad".
Valores por Zona
Al considerar las cotizaciones de buenos campos de distintas zonas, Elizalde recuerda que se pedían 20.000 dólares por hectárea en la zona núcleo y que ahora se contraofertan 16.000/17.000. En el oeste bonaerense se pasó de 10.000 a 7000/8000. En el sur de la provincia, de los 10.000/12.000 previos al cepo, se proponen 7000/8000.
Por un buen campo de cría de la cuenca del Salado no se está dispuesto a pagar más de 3000/4000 dólares por hectárea, mientras que en Río Cuarto se negocia en torno de los 8000 dólares. En el norte cordobés se habla de 4000/5000 dólares para campos de secano y de 6000 con riego. En la costa este de Entre Ríos, sobre el Uruguay, se proponen 5000 dólares por hectárea.
En síntesis: el mercado de campos muestra un tono pesado, que se combina con un año de elecciones. "Si el actual gobierno gana los comicios, es de esperar que seguirá con su actual política de restricción de divisas, lo que no favorecerá el dinamismo del mercado de campos. Si perdiera, podría verse obligado a cambiar su política económica y se podría generar una oportunidad para nuevos comportamientos de la demanda", conjetura.
Mariano Maurette, responsable de campos de Álzaga, Unzué y Cía., también observa una baja en el valor de los campos. Recuerda que la chispa que alteró el mercado de propiedades rurales se prendió a fines de 2011, con un cepo cambiario incipiente. Luego, la chispa se convirtió en llama en el primer semestre de 2012, cuando los operadores comprobaron que la política cambiaria no se modificaría. Por esa razón "ese período mostró operaciones muy trabadas".
En agosto y en septiembre se terminó de definir el comportamiento de los vendedores, a partir de la certeza del mantenimiento del cepo: quienes mantenían firmes sus aspiraciones de precios en dólares billete retiraron sus propiedades de la venta. Quienes estaban decididos a vender comenzaron a prestar atención a ofertas que combinaban dólares billete y pesos, que anteriormente no consideraban. Con esta actitud de algunos vendedores se reactivó un poco el movimiento en el mercado de campos, pero con bajas de precios respecto de los valores en dólares de 2011. "Con una combinación de dólares y pesos en el pago, al terminar el negocio el vendedor toma conciencia de que las llamas lo quemaron un poco y que cobra menos en dólares billete", advierte Maurette. Y agrega que los valores "todavía están en proceso de baja y pueden seguir cayendo en un año que pinta duro".
Consultado respecto de la magnitud de las baja de los valores observada, contesta que "los campos buenos se defienden mejor ante una tendencia declinante: pueden haber caído 10/15 por ciento". Los otros pueden resbalar más, hasta 20/25 por ciento, descuento que aceptan sólo quienes están muy decididos a vender.
¿Quiénes son vendedores en un mercado de precios disminuidos? Los grupos familiares que no pueden mantener la unidad económica recibida -por ejemplo un campo de 800 hectáreas para cuatro herederos- y deciden convertirla en dinero para repartir.
Otros candidatos son los que no avizoran una mejora en el mercado a corto plazo -sino lo contrario- y concretan la operación porque tienen otra más ventajosa al comprar otros activos devaluados.
Según Maurette, 2013 comienza con "un mercado de campos difícil, que obligará a negocios en valores más bajos que los que se conocieron antes del cepo y con mayor complejidad para acercar los intereses de las partes".
La Nación