Cómo evitar las mayores pérdidas en la extracción del silo
Del total de pérdidas en el proceso de producción y utilización de silajes, por lo menos el 40% ocurre en la etapa de extracción y suministro.
Todo el proceso para la producción de silajes con alta concentración energética suele quedar desmerecido en la etapa final, al realizar la extracción del material ensilado y suministrarlo a los animales. La cuarta jornada de Admite Forrajero encaró el tema y los asistentes pudieron desmenuzar cada uno de los aspectos que llevan a la correcta realización de esas tareas.
“Del total de pérdidas en el proceso de producción y utilización de silajes, por lo menos el 40% ocurre en la etapa de extracción y suministro”, dijo Pablo Cattani al comenzar la cuarta jornada de Admite Forrajero. Precisamente el tema del día fue la necesidad de hacer un seguimiento exhaustivo del protocolo de alimentación y para ello el especialista detalló los puntos críticos del sistema.
Adelantó que como regla de oro para hacer eficiente el proceso de extracción de los silajes se deben respetar dos preceptos. “El primero es extraer de la cara expuesta del silo entre 30 y 40 centímetros diarios -dijo Cattani-. El segundo es que todo el material extraído debe ser consumido dentro de las 24 hs”.
Para cumplir con esos objetivos el técnico hizo un repaso de las características de los silos, teniendo en cuenta las características particulares de la fermentación que en ellos se produce según se trate de silajes de pasturas, maíz o sorgo, dado que fermentan en forma diferente. Paralelamente, trabajó junto con los asistentes sobre los aspectos a considerar para realizar la planificación de la tasa de extracción diaria de silo, apuntando a minimizar la oxidación del material extraído de forma tal que llegue a la boca de los animales la mayor cantidad de nutrientes de los que fueron sacados del silo.
La insistencia de Cattani en cumplir cuidadosamente con todas esas recomendaciones parte del hecho de que el deterioro aeróbico ocurre cuando el material ensilado es expuesto al aire, cambiando la composición química, el pH y la temperatura. Por lo tanto, se altera tanto la calidad como la cantidad de forraje. Los hongos, levaduras y bacterias presentes en el silo consumen los hidratos de carbono del forraje y los productos finales de la fermentación, produciendo dióxido de carbono, agua y calor. Como resultado de estos procesos existe un aumento de la temperatura y el pH, una pérdida de nutrientes y se incrementan los porcentajes de fibra detergente neutro (FDN) y fibra detergente ácido (FDA).
El forraje deteriorado por acción del oxígeno se presenta normalmente descolorido y conteniendo toxinas que pueden provocar serios trastornos, dependiendo del nivel de consumo.
Para evaluar el impacto de las pérdidas, Cattani citó que por cada 10 grados centígrados por encima de la temperatura ambiente que alcanza el material extraído del silo, se pierde el 1% diario del material ensilado por nutrientes que se volatilizan.
También evalúo en términos económicos otra fuente de pérdida. “Tomando los rendimientos medios a nivel nacional, podemos decir que perder 0,1 megacaloría por kilo de materia seca del silaje representa el equivalente a una producción de 66,6 kilos de carne por hectárea, que a precios de hoy rondaría en 500 peso por hectárea”.
“En la otra punta del ring está el suministro –continuó Cattani-, para lo cual es ineludible entregar raciones resueltas a los operadores de los mixers, con los cálculos de kilos por vaca por día pero claramente expresados para cada carga del mixer para evitar confusiones. Además, debemos controlar semanal o quincenalmente la descarga de ese material en los comederos, con el fin de asegurar que todos los animales reciban, en el espacio asignado, la cantidad de ración necesaria para que exprese el potencial productivo esperado”.
“Para cumplir con estas premisas –agregó Cattani-, dentro de la recomendación de la ración debería estar incluida la recomendación de cómo operar el mixer, referido al régimen del motor para entregar 540 revoluciones por minuto en la toma de fuerza, la velocidad de marcha, la apertura de la guillotina del mixer y la inclinación del acarreador de descarga, de manera de asegurar un caudal constante y apropiado en todo el largo del comedero”.
“Siguiendo con la línea lanzada desde el primer día de Admite, las tareas de extracción y suministro son un perfecto ejemplo de un proceso operativo que necesitamos llevar delante concienzudamente para que terminemos exitosamente lo que se inició con la siembra del cultivo destinado a la confección del silo” concluyó Cattani.