El Estado debe planificar para asegurar inversiones
Afirma Juan Rattero, responsable de la Granja âLa Agustinaâ, entrevistado por Momento de Campo sobre la situación que atraviesa la producción avÃcola de nuestro paÃs.
Si bien actualmente la industria avícola está atravesando algunas dificultades, al igual que la economía argentina, la producción avícola del país experimentó un fuerte crecimiento durante los últimos años, tal como lo demuestran las estadísticas. Un sector que en Argentina genera confianza, proporcionada principalmente por la calidad del producto, lo cual sin dudas hace de éste un negocio con perspectivas positivas.
Durante el primer semestre del año, la producción de carne de pollo aumentó un 9% en relación al mismo período de 2011, dado principalmente por el aumento en la cantidad de cabezas faenadas, según un reporte del Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación –MAGyP.
El consumo interno también registra una tendencia alcista. Los mercados domésticos de pollo y huevo han crecido a gran velocidad. Actualmente se consumen 195 huevos por persona al año y en promedio 42,5 Kg/cap/año, frente a los 26.5 kg que se consumían en 2007 y 33.3 en 2009. Este aumento en la elección de la carne aviar se da tras la necesidad de buscar alternativas en el consumo, consecuencia entre otros factores, del fuerte incremento del precio de la carne vacuna.
En comparación con otras carnes, durante el 2011 el consumo de carne bovina disminuyó 4%, pasando de 57.2 Kg/cap/año (2010) a 54.9 Kg/cap/año (2011); mientras que el de carne porcina aumentó 7%, pasando de 8.06 Kg./capita/año (2010) a 8.64 Kg./capita/año (2011).
Según el informe de Actividad Avícola de la Subsecretaría de Producción Animal del Ministerio de Producción del Gobierno de Entre Ríos publicado en julio de 2010, nuestra provincia ocupa un lugar destacado en la producción avícola a nivel nacional: es el principal productor de pollos con 280 millones de cabezas faenadas en 2010, unos 20 millones más que en 2009. Junto con Buenos Aires manejan el 80% del sector, que exporta a más de 60 países.
La producción de aves en nuestra provincia se encuentra ampliamente distribuida por casi todo el territorio, y existen más de 2.500 granjas productoras de pollos de engorde y huevo.
Por su parte, la industria continúa invirtiendo y desarrollando la infraestructura necesaria para respaldar la mayor producción de carne blanca, huevo y oviproductos. Momento de Campo dialogó con Juan Rattero, responsable de la Granja “La Agustina” ubicada en el departamento Diamante.
– ¿Cómo es el funcionamiento de la Granja?
La Granja está formada por dos galpones de un poco más de 12 por 150 metros, con una capacidad máxima de 44.000 unidades en la granja. Trabajamos para Grupo Motta, quienes nos proveen los pollitos, el alimento balanceado, el gas, las camas de arroz y el Médico Veterinario.
En cuanto a la duración de los ciclos depende básicamente de la demanda a la cual se va a satisfacer. Normalmente, los ciclos son de entre 40 y 45 días. Entre entrega y entrega hay un lapso de 15 días, donde debe reemplazarse la cama de arroz, se queman las plumas y se desinfectan los galpones.
La venta y entrega se realiza a la misma empresa proveedora, quienes se encargan de retirar el producto desde la Granja. En el momento de su salida se establece el precio, el cual se encuentra condicionado por los cuidados dados a los pollos durante todo su ciclo, como así también por la tecnología aplicada al mismo.
Cabe destacar que el organismo encargado de habilitar y controlar las instalaciones es SENASA y los responsables de la firma (Grupo Motta), quienes llevan a cabo un exhaustivo control a lo largo de los ciclos del pollo.
– ¿Cómo es el proceso de cría?
Previamente a la entrega los pollitos son vacunados mediante un método de pulverización con el fin de evitar posteriores enfermedades, como por ejemplo piojillo.
Los pollitos son entregados en la Granja por los proveedores cuando tienen apenas cuatro horas de vida, por ello son traídos en incubadoras. Al momento de recibirlos, el galpón debe estar desinfectado, preparado con una cama de cáscara de arroz y acondicionado para recibirlos a una temperatura de aproximadamente 30ºC, dependiendo de la época del año. Esta temperatura, la cual es provista por una serie de 25 pantallas de gas en cada galpón, se mantiene durante la primera semana y luego se va reduciendo gradualmente llegando a los 17ºC a fines del ciclo.
Las aves son sumamente delicadas y deben ser cuidadas las 24 horas del día. De la misma forma, a fin de llevar un control exhaustivo, hay que ir pesando al azar semanalmente algunas aves con el fin de llevar un registro de la evolución y el crecimiento.
– ¿Qué riesgos suele presentar la actividad?
El principal riesgo es la posibilidad de pérdidas. Si bien haciendo el trabajo adecuadamente y controlando el ciclo del pollo en la granja, no deberían producirse pérdidas masivas; los bruscos cambios de temperatura y los golpes de calor registrados durante el verano pueden ser causantes de pérdidas. En estos casos, el riesgo y la responsabilidad son de nosotros los productores.
– ¿Cómo ha sido el año para el sector?
Dentro de todo es un buen año. Tuvimos la reciente oportunidad de ampliar la granja incorporando un segundo galpón con lo cual dejamos de registrar pérdidas para mantenernos equilibrados. La idea es incorporar en cuanto sea posible un tercer galpón, pues a partir de éste es cuando empezaríamos a registrar ganancias.
El año tiene ciertos períodos donde la demanda varía fuertemente. Durante los meses de verano se concentra una demanda superior, principalmente dado en los días de las fiestas de fin de año. Pero sin dudas, un condicionante fundamental es el precio de la carne vacuna, ya que cuando éste aumenta, la demanda de carne disminuye y el consumidor busca consumir más pollo.
– ¿Qué le falta al sector avícola argentino para sumar eficacia?
El gobierno debería regular la cantidad de instalaciones o formular políticas destinadas a asegurar la seguridad de inversión y la viabilidad de un emprendimiento. Si bien el 80% de la producción está destinada al mercado externo, sería bueno que se realice una planificación desde el Estado.
– ¿Cómo observa el mercado argentino actual y la posición a nivel global?
El mercado y el sector avícola argentino tienen muchos controles y muchas exigencias que hacen a la calidad del producto, la cual es muy buena.
– ¿Han afectado directa o indirectamente a la Granja las políticas adoptadas por el Gobierno? ¿Cómo?
Simplemente pienso que debería haber una mayor planificación e implementación de políticas de Estado que brinden seguridad a la hora de invertir en todo emprendimiento, de cualquier sector productivo, con el fin de fortalecerlo. Esta no intervención estatal hace a la inseguridad al momento de realizar este tipo de inversión, ya que debemos tomar riesgos. No sabemos qué sucederá mañana.
Fuente: Eliana Correa - Momento de Campo