El retraso cambiario amenaza éxito del malbec en el exterior
Las exportaciones cayeron 7% en volumen en el primer semestre; inquietud en las bodegas.
MENDOZA.- El éxito del malbec argentino en el exterior corre peligro de terminarse. La amenaza para el vino ícono de Mendoza, sin embargo, no se explica por la irrupción de un nuevo varietal chileno o australiano que se esté empezando a poner de moda en Nueva York o en Londres, sino por el retraso cambiario local y la imposibilidad de las bodegas nacionales de ganar (o al menos mantener) sus clientes internacionales como consecuencia de la inflación en dólares.
En el último tiempo, las bodegas argentinas perdieron el invicto exportador y, después de una década de gran crecimiento, sus ventas al exterior cerraron un primer semestre con una suba imperceptible en dólares y una caída de casi 7% en volumen. Las proyecciones de la industria indican que la tendencia a la baja se profundizará en lo que resta del año.
"El año pasado se había detenido el crecimiento y lamentablemente ahora estamos viendo una pequeña declinación. Y lo que más nos preocupa es que no se trata de un problema de demanda internacional, que sigue existiendo. Hoy la mayor dificultad que enfrentamos es que no podemos llegar con nuestros precios a los valores que nos pide el mundo, aunque no se trata de un problema exclusivo de la industria vitivinícola, a grandes rasgos lo sufren todas las economías regionales", reconoció Juan José Canay, presidente de Bodegas de Argentina y director del grupo Peñaflor.
La pérdida de competitividad del vino argentino prácticamente monopolizó las presentaciones y los debates del VIII° Foro Internacional Vitivinícola, que se realiza en Mendoza y que reúne a más de 900 empresarios, profesionales y referentes de la industria.
La baja en las exportaciones se siente en casi todos los mercados (las únicas plazas en las que los productos locales continúan creciendo a una tasa interanual de dos dígitos son China y Japón) y afecta a la mayoría de los varietales. Sin embargo, el dato que más preocupa a los bodegueros argentinos es la baja en las ventas al exterior del malbec, que hasta el momento fue el protagonista principal de la expansión internacional del vino argentino. De acuerdo con los datos de la consultora Caucasia Wine Thinking, en seis meses el malbec acumuló una caía de casi 10% en volumen y de 3,8% en dólares. Y su incidencia en el total de las exportaciones se redujo del 52 al 48%. A partir de estos datos, en el sector ya se alzan las primeras voces que advierten que el varietal estrella de la Argentina podría haber iniciado un proceso de declinación similar al que sufrieron en los últimos años el syrah australiano y el merlot californiano.
En el caso del malbec, cada vez más bodegas se enfrentan a la disyuntiva de perder una plaza internacional o resignarse a trabajar casi a pérdida, ante la imposibilidad de trasladar a sus listas de precios internacionales la suba de sus costos internos por la inflación.
"El problema no es con el malbec sino que es un tema de competitividad de la industria argentina. Muchas bodegas pequeñas están dejando de exportar para volcarse al mercado interno por la imposibilidad de trasladar las subas en los costos de las botellas, las etiquetas y las cajas a los precios internacionales. En cambio, las bodegas grandes no podemos darnos ese lujo porque perderíamos todo el trabajo que venimos haciendo desde hace muchos años", explicó Luis Steindl, gerente de Operaciones de Norton y vicepresidente de Bodegas de Argentina.
La sensación compartida por los hombres de la industria es que el retraso cambiario llegó para quedarse, con lo cual se espera que en el corto plazo se profundice la tendencia negativa en materia de exportaciones. "Es poco probable que la Argentina se siga expandiendo en el exterior por debajo de la categoría de vinos de menos de 30 dólares por caja", señala Javier Merino, CEO de la consultora especializada Area del Vino.
Los bodegueros además alertan que el impacto de la pérdida de competitividad no se circunscribe a las firmas exportadoras. "Hay una luz amarilla muy fuerte para toda la industria, porque todo el vino que no sale al exterior se termina volcando al mercado interno, y ya empieza a sobrar producto fronteras adentro", dice Juan Carlos Muñoz, de la bodega Viña Las Perdices.
A los problemas generales que enfrentan las bodegas argentinas para exportar se suman las trabas aduaneras que interpuso Brasil como represalia a las restricciones argentinas a las importaciones. En lo que va del año las exportaciones de vino argentino a Brasil cayeron 22% en dólares y 28% en volumen. Brasil no es un mercado menor para la Argentina y en el último año había desplazado al Reino Unido como el tercer destino internacional, detrás de Estados Unidos y Canadá. "Estamos perdiendo terreno en Brasil, esperamos que en forma coyuntural, pero ese lugar ya lo están ocupando los vinos chilenos", advierte Merino.
Fuente: La Nacion