Comienza la siembra de soja: Cuáles son las expectativas
La Bolsa de Comercio de Rosario estima en su informe semanal que este año se necesitarían 17 quintales por hectárea como "rinde de indiferencia", para cubrir los costos de implantación de la oleaginosa.
"Se largó la soja", publicó en su cuenta de twitter el hasta hace dos meses presidente de la Asociación Argentina de Consorcios Regionales de Experimentación Agrícola (AacreaI), Francisco Iguerabide, acompañando el mensaje con una imagen de una sembradora a punto de salir al ruedo en un campo de la zona de Mattaldi, en el sudeste de Córdoba.
En cuanto a las estimaciones previas, ya comenzaron, y el sitio Agrovoz reprodujo las últimas. La Guía Estratégica para el Agro (GEA) de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR); por ejemplo, estima en su informe semanal que este año se necesitarían 17 quintales por hectárea como "rinde de indiferencia", para cubrir los costos de implantación de la oleaginosa, en caso de una producción en campo propio.
Esto significa la mitad del promedio de rindes que pueden obtenerse en la zona núcleo, aunque existen algunos aspectos que todavía no pueden contabilizarse pero que pueden funcionar como obstáculos.
El principal: un probable mayor uso de insumos, principalmente agroquímicos, para combatir la rápida aparición de malezas, y ataques de plagas y enfermedades.
Desde Rosario, también, el analista Salvador Di Stéfano augura buenas noticias para la soja; a corto plazo, por el último reporte del Usda que sorprendió al mercado con datos alcistas; a largo, por la baja gradual de retenciones, una probable suba de precios y la actualización del dólar.
"La fuerte suba de la soja en los mercados, sumado a la futura baja de retenciones, pinta un mejor escenario para el campo en el año 2018", menciona Di Stéfano en una columna publicada en su página web.
Concretamente, su explicación es que "en un escenario internacional en el que sobra mercadería, la posibilidad de malas campañas en Brasil y Argentina anticipan un precio en franco ascenso".
Los valores futuros lo confirman: a mayo, la soja en el mercado doméstico cotiza a 268 dólares la tonelada; con un dólar futuro mayo de 19,85 pesos, "nos da un precio de 5.320 pesos la tonelada que no luce nada mal para el productor", dice Di Stéfano. Este valor es 20 por ciento mayor al actual, que ronda los 4.400 pesos en Rosario.
Norte de Córdoba
Asimismo, en su último informe de coyuntura, el Instituto de Estudios de la Realidad Argentina y Latinoamericana (Ieral) de la Fundación Mediterránea, sostiene que "existencias abundantes y un buen arranque del ciclo 2017/2018 en el hemisferio norte mantienen los precios de los granos estabilizados a nivel mundial".
Por eso, considera que "lo que suceda en el hemisferio sur (en particular Brasil y Argentina), terminará por inclinar la balanza de los precios hacia una u otra dirección" y coincide en que "los futuros locales anticipan una leve suba en el precio interno de la soja a cosecha 2018, explicada en parte por la baja de derechos de exportación (0,5 puntos porcentuales mensuales, a partir de enero de 2018)".
El reporte de los economistas Juan Manuel Garzón y Nicolás Torre utiliza un establecimiento hipotético ubicado en Jesús María como parámetro para calcular los márgenes 2017/18, aunque no sólo para soja, sino en un planteo que combine la siembra de primera de esta oleaginosa, la siembra de segunda tras un cultivo de trigo, y también un área destinada a maíz.
La ecuación entre ingresos y gastos da como resultado un margen neto que aumentaría 39,5 por ciento a valores corrientes, y 19 por ciento descontando la inflación.
El dólar es una clave a monitorear: si continúa la apreciación cambiaria con un peso depreciándose a menos ritmo que lo que sube el costo de vida, el margen en realidad sería similar al de la última campaña, y bajo en perspectiva histórica: equivalente al 57% del período 2005/2014 y sólo superior a 2014/2015, el más bajo de los últimos 16 ciclos.
En cambio, si el poder de compra interno del dólar mejorara, los márgenes se recuperarían un 30 por ciento respecto de los observados este año y se ubicarían, si bien todavía por detrás, un poco más cerca de los niveles 2007/2014 (27% por debajo).