Según Aiello, la campaña gruesa no será sencilla
El climatólogo y director de la red GEA de la Bolsa de Comercio de Rosario, José Luis Aiello, señaló que ganarán importancia los fenómenos regionales por sobre el efecto del Pacífico y su aporte extra de agua.
Dijo que los pulsos de calor tomarán protagonismo en el noroeste de Argentina y no se mostró optimista con este ciclo 2017/18.
—José Luis, estamos a quince días de empezar la siembra de maíz ¿Qué podemos esperar del comportamiento de las lluvias para este ciclo de granos gruesos 2017/18?, ¿qué muestran los indicadores del Pacífico Ecuatorial?
—Se observa un leve calentamiento, pero las condiciones son cuasi neutrales. El Pacífico Ecuatorial se alejó de ese importante calentamiento que tuvo hace dos años y no hay indicios de que pueda expresar un “Niño”. Por eso va a ser determinante el comportamiento de los fenómenos regionales. Va a haber lluvias intensas por fenómenos convectivos, que serán aleatorias y afectarán a la mayor parte de las provincias productoras de granos. Esto se asocia con la continuidad de anegamientos e inundaciones. Hay que tomar en cuenta la situación de la que se parte, gran parte de la región está con altas napas freáticas. Los pulsos de calor van a estar presentes, principalmente en el noroeste Argentino y se van a extender a la pampa húmeda. El comportamiento del clima hará que no se alcancen las tendencias en los rendimientos de los granos gruesos de este ciclo.
—¿Por qué lo decís?
—El enfriamiento que hoy tiene el Pacífico será suficiente para inhibir los flujos de humedad en el verano y eso puede producir pulsos secos que afecten el desarrollo de cultivos de verano.
—José Luis, te cambio de tema y aprovecho para preguntarte respecto al cambio climático (CC) ¿Qué es lo más relevante que estás observando en este momento?
—Lo más relevante es que se difunda la realidad de lo que llamamos CC y que las autoridades tomen conciencia. El mismo está decididamente provocado por las emisiones de gases invernadero. Los cambios son notorios desde la década del 60 en el siglo XX. Están demostrados por la aplicación de modelos físicos, que son la única herramienta posible para entenderlos. Es un tema difícil y conjetural y de ahí que hay dudas, con datos que son difíciles de obtener y esquemas estadísticos complicados. Pero la realidad es que el CC es evidente y va a tener cada vez más incidencia en el comportamiento climático.
—Nos llamó la atención un informe de la NOA en el que se decía que el "2016 fue el año más cálido de la tierra, culminando una notable racha de tres años record de años cálidos para el mundo". Esto sucedió después que de 1998 a 2013, la tasa de la superficie de calentamiento global media se redujese. José Luis, ¿qué es lo que cambió a partir del 2013?
—La afirmación de la NOAA es tal como lo mencionas. Los procesos del CC son en períodos largos. Por eso no puede saberse que pasó a partir del año 2013, que es una fecha muy reciente. Además, las tasas en los cambios de las variables atmosféricas son distintas según la región del planeta que uno considere. Para abordar bien este tema hay que hacer análisis estadísticos según distintas regiones, por ejemplo, en Argentina hay varias publicaciones de la mayor seriedad científica. Me gustaría destacar un libro que salió hace muy poco. Se llama "La Argentina y el Cambio Climático, de la física a la política". Sus autores son Vicente Barros e Inés Camilloni, ambos Doctores en Ciencias de la Atmósfera y de gran trayectoria.
—¿Se puede pensar que hay una saturación de los mecanismos que redistribuyen el calor a nivel planetario?—Lo que está ocurriendo es que se está profundizando el “Efecto Invernadero”. Por efectos antropogénicos hay gases que aumentaron su concentración desde el comienzo de la era industrial, es el efecto más evidente. Los gases invernaderos han modificado el balance radiactivo en la atmósfera y de ahí la situación por la que estamos atravesando. Es por esto que en todas las convenciones mundiales se aborda la disminución de la emisión de los gases invernaderos (EGI) para mitigar los efectos radiactivos.
—En julio se produjo un desgarramiento del Larsen C, una plataforma de hielo localizada a lo largo de la costa oriental de la Antártida. La fractura de la barrera dejó a flote un iceberg de unos 5.800 kilómetros cuadrados. Hay científicos que por un lado dicen que esto es normal (“un evento natural del que no son conscientes de ninguna relación con el cambio climático") pero otros científicos plantean que "agua más cálida de los océanos está penetrando y que el derretimiento va más rápido que el crecimiento de los glaciares". ¿Qué pensás al respecto?
—Sí, es correcto lo que mencionas, se desprendió una masa enorme. Para darte una idea de su extensión podrías imaginar que la ciudad de Rosario cabría en ella más de 30 veces. Esto ya ha ocurrido y ese desprendimiento estuvo muy monitoreado. No se esperan consecuencias de magnitud. Pero es correcta la apreciación de los glaciólogos que piensan que está siendo más rápido el derretimiento. Creo que se abre un interrogante sobre el futuro de la Antártida que es difícil de responder. El CC tiene incidencia en estos fenómenos con una intensidad que es mayor que la que hubo cuando se produjeron en el pasado.
Impacto en la agricultura
—Nos estábamos fijando que se destacó la producción de maíz y soja de los últimos 3 años, tanto en EEUU, Brasil y Argentina. Los tres países en los tres años, esto no es algo que se dé con frecuencia. ¿Es simple coincidencia o el cambio de las temperaturas a nivel global tuvo que ver?
—Si bien podría ser una variable de consideración, creo no es suficiente para explicar esto que sucedió. Sí hay resultados de investigadores que estudiaron la relación entre el CC y la producción granaria en Argentina. En dicha relación hubo un aumento de producción debido a mayores lluvias y un corrimiento de la frontera agropecuaria en 100 a 200 Km hacia el oeste.
—Eso iba a preguntarte, en la región núcleo monitoreamos con la red de estaciones que en el 2014 terminamos con 400 mm por encima de las medias anuales, y unos 300 mm más en el 2015, al igual que en el 2016. ¿Este cambio global hace que llueva más en Argentina?
—Acerca de la variable precipitación, se estudió el efecto que tuvo el CC sobre el aumento de lluvias, que se verificó entre 1960 y el presente. Eso está muy bien analizado, y cuando hablamos de aumento lo hacemos en forma general para Argentina, con subregiones que no cumplieron dicho patrón.
—En este año, contando desde el 1ro de enero hasta hoy, estamos casi con 1.200 mm en el sur de Santa Fe. ¿Vamos camino a terminar el 2017 también excedidos en la región?
—Durante este 2017 vamos a superar las marcas de precipitación media en gran parte de la región productora de granos en Argentina.
—¿Y a pesar de eso pensás que vamos a quedar por debajo de los rindes de tendencia?
—Al considerar la producción nacional, sí. La oportunidad en la que llegan las lluvias y su distribución es fundamental. El Pacífico no va a contribuir con su aporte extra de agua. Si se inhiben los efectos regionales, se pueden desarrollar pulsos secos importantes en diferentes subregiones. Habrá que ver después dónde y en qué estado del cultivo, por eso pienso que no será una campaña sencilla para Argentina.