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Según un informe, por cada dólar gastado en agroquÃÂmicos el retorno promedio es de 13,3 dólares
Un estudio realizado en julio pasado para la Cámara Argentina de Sanidad Agropecuaria y Fertilizantes (Casafe) por el Centro de Agronegocios de la Universidad Austral señala que, por cada dólar gastado en agroquímicos por el productor, el retorno es de más de 13,3 dólares, en promedio.
De todos modos, de acuerdo con el informe, todavía se pierden aproximadamente US$ 9777 millones por razones evitables con el uso de fitosanitarios.
Considerando el valor del mercado de agroquímicos en 2011, el productor argentino produjo los tres cultivos más importantes -soja, maíz y trigo-, con un costo de US$ de 1624 millones y evitó pérdidas potenciales debido a las plagas de al menos 21.599 millones de dólares, en promedio.
El valor multiplicador de los fitosanitarios es de 13,3 veces, según el trabajo.
Riesgos
Las plagas en los cultivos merman la productividad de un cultivo por hectárea o bien dañan ingredientes valiosos, como los aspectos estéticos del producto, que reducen su valor de mercado o afectan el tiempo de su acopio.
Estos riesgos sobre la producción explican la rápida adopción de una nueva tecnología que se registra en el mercado argentino, según consigna el informe.
Según el trabajo, las pérdidas potenciales para los cultivos de soja, maíz y trigo por las plagas pueden ir del 50 al 75 por ciento en promedio, mientras que las pérdidas medias actuales pueden variar entre 26 y 31 por ciento.
Los productos más modernos permiten un menor uso de agua, la aplicación de dosis precisas y son más inocuos a las personas y el medio ambiente (considerados de toxicidad III y IV).
En este contexto, Casafe desarrolla programas en conjunto con entidades públicas y privadas que tienen como objetivo la capacitación y profesionalización de los actores encargados de esta tarea en coincidencia con el manejo integrado de plagas. Esto último es definido por la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación) como "la consideración cuidadosa de todas las técnicas disponibles para el control de plagas y su integración en medidas apropiadas que desalienten el desarrollo de poblaciones de plagas y mantengan los fitosanitarios en niveles económicamente justificados, reduciendo y minimizando los riesgos para la salud humana y el medio ambiente."
Fuente: La Nacion