Malezas en arroz: nueva resistencia genética a herbicida
El Grupo de Mejoramiento Genético de Arroz (GTMGA) de la Estación Experimental Agropecuaria Concepción del Uruguay del INTA y la Fundación PROARROZ presentaron una nueva tecnologÃa para el control de malezas en arroz.
El Grupo de Mejoramiento Genético de Arroz (GTMGA) de la Estación Experimental Agropecuaria Concepción del Uruguay del INTA y la Fundación PROARROZ presentaron una nueva tecnología para el control de malezas en arroz. Fue el jueves 2 de marzo en la sede del organismo de investigación estatal en el marco del Día de Campo de Arroz, jornada que se realiza anualmente por ambas instituciones que llevan ya 26 años de articulación.
Productores, asesores técnicos y demás integrantes del sector arrocero de Santa Fe, Corrientes, Córdoba y Entre Ríos entre otras provincias argentinas; de Brasil y la República Oriental del Uruguay, se dieron cita en el campo experimental del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria, donde se presentaron los avances de las investigaciones genéticas.
El Dr. Alberto Livore, coordinador del GTMGA, indicó que en este Día de Campo se transmitió “el mensaje más importante de los últimos tiempos. El INTA es un generador de tecnologías, y la mayor preocupación ha sido generar esas tecnologías para el control de malezas que se han tornado resistentes a los herbicidas.
El GTMGA, ya había liberado variedades resistentes a herbicidas del grupo de las imidazolinonas, que han sido exitosas por mucho tiempo, y que han cubierto gran parte de los cultivos arroceros de Latinoamérica. Pero como era de esperar, aparecen malezas que se tornan nuevamente resistentes, generando otro desafío al Programa de Mejoramiento.
Con el objetivo de encontrar soluciones, se comenzó a trabajar desde el año 1996 y hoy, estamos presentando nuevas tecnologías que se refieren a la resistencia a otros herbicidas en arroz, para poder arman en conjunto con las anteriores, un sistema de producción sustentable”.
En esta jornada se expusieron también los avances en mejoramiento genético y líneas promisorias con características especiales que se orientan a mercados de alto precio y demanda sofisticada: arroces tipo Carnaroli, Koshihikari, Aromáticos, Doble Carolina y variedades con cualidades de cocción especiales para los platos de las cocinas mediterráneas, como Italia y España, la oriental –Japón– y la de Medio Oriente, informaron desde el instituto.
Las nuevas tecnologías
Se destacan entonces la tecnología inicial del INTA, resistente al grupo de las imidazolinonas ya conocida comercialmente; y las nuevas: PROVISIA con tecnología de BASF, para la que el INTA ha incorporado materiales promisorios; y la tercera y más novedosa también de INTA, denominada SUR, para la cual se han creado líneas avanzadas que tienen excelentes características agrofitofenológicas: alta producción, muy buena calidad, resistentes a enfermedades, al herbicida y al frío.
Los técnicos del instituto proponen utilizar SUR INTA en rotación con las tecnologías existentes de manera tal que la disponibilidad de tres fuentes de resistencia genética le otorgue al productor las herramientas necesarias para lograr un mejor control de malezas y minimizar la aparición de resistencias. A la vez, esta práctica generaría un sistema sustentable de producción. “Se trata de evitar el uso consecutivo del mismo modo de acción que, finalmente, genera malezas resistentes”, explicó Livore.
Esta nueva tecnología es la segunda fuente de resistencia a herbicida que desarrolla el instituto. La primera, lanzada en el 2005, permitió tener cultivares con resistencia a herbicidas del grupo de las Imidazolinonas, que son hoy las más sembradas en Latinoamérica y otros países productores. De hecho, solo en Brasil las variedades del INTA ocupan el 54 % del área de arroz irrigado.
“Con SUR INTA, el instituto logró una fuente de resistencia a otro herbicida cuyo uso podría controlar malezas –como arroz colorado y determinadas familias de capines– que adquirieron la resistencia a los herbicidas de las Imidazolinonas. Es un avance tecnológico de alto impacto para el sector”, destacó Hugo Müller, presidente de la Fundación Proarroz.
El INTA desarrolló las variedades que hoy cubren el 70 % del área cultivada en Latinoamérica y ofrece al productor nuevas alternativas de alta productividad y calidad especial, que le permitirán tener mayor retorno. Obtuvimos líneas avanzadas con excelentes características en términos agrofitofenológicos, esto quiere decir que son agronómicamente rentables, de alta productividad, de muy buena calidad, resistentes a enfermedades, resistentes a frío y, en este caso, con propiedades en la cocción para platos especiales”, contó Müller.
Beneficios para el productor
Livore puntualizó: “Las virtudes de este sistema sustentable de producción, le brindarán al productor: la oportunidad de siembras tempranas por la resistencia al frío, control de malezas con herbicidas con diferente modo de acción, y que al año siguiente le permitirá rotar con otro herbicida, de manera de evitar el uso consecutivo del mismo modo de acción que finalmente genera malezas resistentes”.
Según los resultados de laboratorio y ensayos realizados a campo, la característica distintiva de resistencia al frío permitirá adelantar la fecha de siembra a principios de septiembre –en general se realiza a principios de octubre– y adaptarse mejor a episodios de baja temperatura que suelen caracterizar a la primavera entrerriana.
Fuente: EEA INTA C.del Uruguay - Gustavo Contenti y Carlos Naveira